La mayoría de las personas que vivieron en la misma época y la misma área que Jesús tenían ojos marrones, pelo negro y piel aceitunada, afirman los científicos.
La mayoría de las representaciones de Jesús siguen un modelo general que lo muestra como un hombre blanco, alto, rubio y con barba. Pero la historiadora Joan Taylor, profesora de estudios religiosos en el King’s College de Londres, pinta una imagen radicalmente diferente del hijo de Dios en su libro ‘¿Qué aspecto tenía Jesús?’ (en inglés, ‘What Did Jesus Look Like?’), publicado a principios de este mes.
La autora, según LiveScience, cree que Jesús no era mucho más alto que sus coetáneos, pues medía unos 164 centímetros, que era la estatura media de un hombre adulto en aquellos tiempos. Para afirmar eso Taylor se basa en restos de esqueletos de personas que vivieron en Judea y algunas zonas de Egipto en la misma época que Jesús. Esas personas, considera la autora, tenían los ojos marrones, el pelo negro y la piel aceitunada, un aspecto que no encaja con el arquetipo de europeo blanco.