Leonel Fernández y el reto de convertir FP en opción de poder

Por Leonora Ramírez

A sus 67 años, el expresidente Leonel Fernández tiene el desafío de hacer crecer y convertir en una opción de poder al partido Fuerza del Pueblo (FP), creado hace apenas siete meses para competir en las elecciones presidenciales y congresuales del pasado 5 de este mes.

En el nivel presidencial su partido obtuvo 233,538 sufragios, que representan un 5.69% de los votos válidos emitidos, según estableció la Junta Central Electoral (JCE) al concluir el conteo en 17,100 colegios electorales.

Fernández, que aspiraba a un cuarto mandato presidencial, concurrió a esas elecciones aliado al Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), al Bloque Institucional Social Demócrata (BIS), la Fuerza Nacional Progresista (FNP), el Partido Quisqueyano Demócrata Cristiano (PQDC), y el Partido de Unidad Nacional (PUN). Esos cinco partidos sumaron 131,679 votos.

En cuanto al nivel congresual, varios senadores electos vinculados a la FP se inscribieron en las boletas del PRSC, del BIS y el PRM, como Bautista Rojas Gómez, de Hermanas Mirabal; Virgilio Cedano, de La Altagracia; David Rafael Sosa, de Dajabón; y Carlos Castillo, de San José de Ocoa.
El único candidato a senador inscrito en la boleta de la Fuerza del Pueblo es Franklyn Rodríguez, por San Cristóbal, quien ganó ese puesto.

Sobre la representación que tendrá la FP en la Cámara de Diputados aún hay que esperar que la JCE concluya el conteo total de las votaciones.
En el nivel municipal la FP quedó ausente, porque al ser una organización política de reciente formación, quedó fuera de los plazos dispuestos por la Ley de Partidos para inscribir a los candidatos a cargos municipales.

¿Partido mayoritario? El haber obtenido 5.6% de los votos en las pasadas elecciones convertiría a la FP en un partido mayoritario, al pasar el umbral del 5%.

Sin embargo, existe una discusión legal pendiente sobre si ese es el único criterio que prevalecerá, o si por el contrario habrá que calcular un promedio de todos los niveles de elección.

La Ley de Partidos establece que a los partidos que hayan obtenido más del 5% en la última elección presidencial se le otorgarían, en partes iguales, el 80% del financiamiento público.

En el presente año electoral los partidos mayoritarios, PLD, PRM, PRSC y el Partido Revolucionario Dominicano, recibieron cada uno RD$800 millones.
Pero recientemente, una sentencia del Tribunal Superior Administrativo validó una resolución de la JCE que establece que la posición de los partidos políticos se determina en función de un promedio de votos, tomando en cuenta todos los niveles de elección: municipal, congresual y presidencial.

Comenzar de nuevo. Fernández fue tres veces presidente de la República por el PLD, organización que abandonó en octubre de 2019 tras rechazar el resultado de las primarias en las que se escogió al candidato a la Presidencia.

Según los cómputos de la JCE, que tuvo a su cargo la organización de ese certamen, Fernández obtuvo 884,630 votos, y su contrincante, Gonzalo Castillo, 911,324.

Fernández y sus seguidores acusaron al órgano electoral de prestarse a un supuesto plan de la facción del presidente Danilo Medina, representada por Castillo, para arrebatarle el que consideraba su triunfo, y el camino más corto para alcanzar por cuarta vez la Presidencia.

Aunque su salida incidió en la derrota sufrida por el PLD en las presidenciales, ante el triunfo de Luis Abinader, del Partido Revolucionario Moderno (PRM), en su anterior plataforma saboreó los mayores éxitos de su carrera política.

En ese partido no solamente creció política e intelectualmente, sino que desarrolló un liderazgo que, hasta 2012, cuando dejó la Presidencia, parecía insustituible.

La ruptura. Fernández fue presidente del PLD hasta el momento de su salida. En esa organización compartió liderazgo con el presidente Medina, quien favoreció la precandidatura de Castillo en las primarias.

Ambos dirigentes mantenían una relación de tolerancia, pero las diferencias se hicieron evidentes cuando en 2018 Medina dejó claro su interés de postularse a un tercer mandato pese a que la Constitución se lo prohibía.

Esa lucha de poder, que ganó Fernández porque impidió la reforma constitucional que habilitaría al presidente Medina para repostularse, selló la enemistad entre ambos, y de paso la división del partido.

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