Si lo necesitaras, es probable que pudieras levantar un carro

A veces, ante situaciones extremas, somos capaces de sacar un potencial que desconocíamos poseer

Todos lo hemos escuchado o leído alguna vez en una noticia: alguien ha sido capaz de levantar un coche para salvar a un ser querido. Aunque parezca increíble, este tipo de hazañas ocurren en la realidad. Pero, ¿es que acaso estas personas están dotadas con el superpoder de la fuerza?

¿Cómo es posible que un transeúnte cualquiera sea capaz de levantar un coche que pesa tonelada y media, si el récord de levantamiento de peso muerto está en unos 524 kg? Sabemos que existen personas como Hafþór Júlíus Björnsson, conocido por interpretar a The mountain en Juego de Tronos, nombrado en 2015 “El hombre más fuerte de Europa” y capaz de alzar coches de 305 kilos, sin embargo ¿todos tenemos una fuerza oculta que sobrepasa los hasta ahora límites humanos?

Superhéroe por unos minutos

Para empezar, no pensemos que un simple mortal de repente pueda elevar un automóvil como lo haría Hulk. Por lo general tan solo levantan unos centímetros y no la totalidad de su masa. Este fenómeno se conoce como “fuerza histérica” y suele darse cuando nos encontramos en situaciones de vida o muerte. Algo que dificulta mucho el trabajo de los científicos a la hora de estudiar estos episodios, ya que no se puede hacer creer a alguien que va a morir en un experimento.

Sin embargo, hay líneas de investigación sobre este asunto en torno a los atletas y su resistencia física y psicológica. Algunas apuntan que somos más fuertes de lo que pensamos, pues en nuestro día a día usamos la menor cantidad de “unidades motoras” de músculos y nervios para ejecutar las acciones, un mecanismo del cuerpo que nos protege ante posibles desgarros o lesiones. No obstante, la fuerza está en nuestro interior y ni siquiera los deportistas profesionales no llegan a abarcar toda su capacidad.

Es nuestro cerebro el que se encarga de que no sobrepasemos ciertos niveles, pero con entrenamiento podemos sobrellevar y acostumbrarnos a la agonía del dolor y conseguir superarnos. Aunque no todo el mundo tiene esta preparación física. Entonces, ¿cómo se explica esta fuerza hercúlea que aparece en dichas situaciones?

Una dosis de adrenalina

Aquí interviene lo que se conoce como “una inyección de adrenalina” que se descarga de manera rápida a todo nuestro cuerpo, de manera que aumenta la frecuencia respiratoria y cardíaca, inundando nuestros músculos con sangre oxigenada extra para producir contracciones más fuertes y además, mitigar la sensación de dolor.

Se trata de actos humanos encaminados a la supervivencia propia o la de otros, en los que el sistema nervioso se organiza para poder afrontar y resolver la situación con éxito y salvaguardar la vida”

ROSER BATALLA SERRA

Psicóloga clínica y miembro del Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya

Según Roser Batalla Serra, psicóloga clínica y miembro del Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya, “las respuestas de las personas en situaciones de peligro no son sobrehumanas, sino que demuestran lo perfecto que es nuestro sistema nervioso”. Se trata de “actos humanos encaminados a la supervivencia propia o la de otros, en los que el sistema nervioso se organiza para poder afrontar y resolver la situación con éxito y salvaguardar la vida”.

Además, la experta asegura que “el cerebro envía una respuesta automática a todo nuestro organismo, en especial a las glándulas adrenales para liberar las hormonas del estrés (cortisol), y así poner en marcha los mecanismo de lucha y huida. Cuando este proceso se activa, el cuerpo se prepara para correr, esconderse, luchar o quedarse paralizado”.

La parte del cerebro que domina en estas situaciones es el reptiliano, que se encuentra en el tronco cerebral, mientras que la parte emocional se encarga de relacionar a nuestros iguales como un posible aliciente para llevar a cabo acciones solidarias. Aquí interviene la amígdala como un “detector de humo”, que envía información al hipotálamo y tronco cerebral para producir la hormona del estrés, tal y como señala la experta.

“Existen los llamados sistemas de acción biológicos, por los cuales estamos programados genéticamente para responder de forma incondicional a estímulos que surgen en circunstancias difíciles, éstos activan e inhiben circuitos motores y cambios hormonales”, concluye Batalla Serra. Ahora ya sabes que puedes hacer más cosas de las que creías, pues “la fuerza está en tu interior”.

Estamos programados genéticamente para responder de forma incondicional a estímulos que surgen en circunstancias difíciles”

Científicos dan la voz de alarma: ‘Zonas muertas’ aparecen en los océanos

La pérdida de unas 80.000 toneladas métricas de oxígeno podría causar una seria afectación a ecosistemas vitales y acarrear resultados catastróficos.

La disminución del nivel de oxígeno en los océanos es considerado como otro efecto nocivo causado durante los últimos 50 años por el incremento en un grado centígrado de la temperatura del ambiente, que a su vez es producto de varios factores como la constante emisión de gases a la atmósfera terrestre.

Un estudio realizado por un grupo de expertos alemanes del Centro de Investigación Oceanográfica Helmholtz (GEOMAR) y de la Universidad de Kiel, analizó los datos del nivel de oxígeno colectados en las últimas cinco décadas. Los resultados, que han sido publicados en la revista ‘Nature’, reflejan una disminución del 2 % en el nivel del gas vital en los océanos.

Proteger el sustento de casi la mitad de la población mundial

Aunque no parezca una cantidad significativa, se trata de unos 80.000 millones de toneladas métricas de oxígeno, una cifra considerada por los expertos como suficiente para alterar ecosistemas y crear ‘zonas muertas’ en nuestros océanos. Es así que la cantidad de regiones con falta total de oxígeno en las profundidades de los océanos se ha cuadriplicado en el último medio siglo.

Esto sucede debido a que la habilidad del agua para asimilar el oxígeno disminuye cuando su temperatura aumenta y merma la cantidad de oxígeno que se transporta hacia las profundidades del océano.

El resultado de esta variación —más acentuada en la zona norte del océano Pacífico y la sur del océano Atlántico— podría llegar a ser catastrófico, pues existe la posibilidad de que afecte a las corrientes oceánicas, uno de los principales fenómenos que da origen a la vida en las profundidades. El océano, a su vez, se constituye en el sustento de casi 3.000 millones de personas, según cálculos realizados por las Naciones Unidas.

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