Hallan en Suramérica a las personas con mejores sistemas cardiovasculares del mundo

En los últimos años, las enfermedades coronarias y los accidentes cerebrovasculares han sido las principales causas de muerte en todo el mundo y siguen ganado espacio.

Ante esta alarmante tendencia, los médicos y científicos investigaron a un pueblo aislado del proceso de la globalización para tratar de entender cómo el estilo de vida moderno influye en el aumento de los males del corazón.

Entre julio de 2014 y septiembre de 2015, un grupo de investigadores —desde dietólogos hasta antropólogos— visitó 85 asentamientos de los tsimané, un pueblo originario de las tierras bajas de Bolivia. En total, estudiaron el estado de salud de 705 personas mayores de 40 años.

El trabajo, publicado en la revista The Lancet, revela que el 85% de los tsimané observados no presentó riesgos de padecer enfermedades del corazón; el 13% mostró un riesgo bajo, y solo el 3% exhibió un riesgo moderado o alto. A modo de comparación, el 50% de los americanos mayores de 45 años muestra un riesgo medio o alto de sufrir enfermedades coronarias.

«Los representantes de la tribu tsimané muestran los niveles de padecimiento de ateroesclerosis más bajos del mundo. La presión arterial, los niveles de colesterol y glucosa también son casi ideales y la razón de semejante buena salud, probablemente, no radica en la genética, sino en un estilo de vida saludable», relató Hillard Kaplan, especialista en antropología evolutiva y coautor de la investigación.

Por muy trivial que parezca, es un hecho: una dieta saludable y un modo de vida activo son el camino idóneo hacia una salud de hierro.

El 72% de las calorías que consumen los tsimané las reciben en forma de carbohidratos, que tanto prohíben los dietólogos. La proteína ocupa el 14% de su alimentación y proviene de la carne y los animales. Además, su dieta es muy baja en grasas: la mayor parte de su comida diaria la copan el arroz, el maíz, frutas y nueces.

La investigación también reveló que los tsimané permanecen inmóviles solo el 10% de su tiempo diurno, mientras que el promedio general del mundo ‘civilizado’ es de un enorme 54%. El día a día de este pueblo está muy ligado a la caza, la pesca y los trabajos agrícolas.

Está claro que en el mundo moderno se nos hace muy difícil copiar el modo de vida que llevan los integrantes del pueblo tsimané, pero algunos de sus factores clave —como la actividad física y una dieta saludable— sí que pueden ser puestos en práctica. Agréguese a eso la total ausencia de alcohol y tabaco y se topará uno con la receta perfecta para la salud de su corazón, concluyen los autores del trabajo.

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