El Boeing 737 de la compañía holandesa Transavia partió del aeropuerto de Gran Canaria rumbo Ámsterdam el pasado martes por la tarde.
La tripulación, ante las quejas, colocó al pasajero en la parte posterior de la nave con la esperanza de que la molestia se redujera. Sin embargo, de nada sirvió.
Uno de los pasajeros dijo que el hombre olía fatal a tal punto que provocó nauseas a muchos de los tripulantes
«Los pasajero de las últimas seis filas huyeron hacia la parte de delante. La tripulación sacó botes de perfume para rociar el avión, pero el horrible olor no desaparecía», expresó un pasajero al diario holandés ‘De Telegraaf’.
«Escuché a alguien decir que el hedor era peor que el de un cadáver que se había estado descomponiendo durante un mes. Era una situación insostenible», relata.
Debido a la incómoda situación el capitán del vuelo se vio obligado a hacer una escala en Faro, Portugal. «Señores, habrán notado que algo anda mal con un pasajero. Por razones de privacidad no puedo dar más detalles sobre», comunicó el capitán.
Una vez realizado el aterrizaje de emergencia el pasajero fue sacado a la fuerza del avión y trasladado en un autobús.