– Medicamentos: medicamentos para tratar la presión arterial, antidepresivos, algunos antiinflamatorios, sustancias prohibidas como la cocaína, la heroína, marihuana, etc., pueden afectar la calidad de la erección.
– Baja autoestima: los trastornos relacionados a la imagen pueden afectar de forma importante la calidad de la erección, además de la inseguridad y situaciones ambientales.
– Estrés: esta condición, tanto en el medio laboral como en el hogar, puede afectar de manera directa la erección.
– Enfermedades: diabetes, hipertensión, VIH. Algunas cirugías como cistectomía, radical de próstata, entre otras, ya que pueden afectar la irrigación y la inervación del pene y por ende la calidad de la erección.
– Sobrepeso: está demostrada científicamente la relación directa entre la obesidad y la disfunción eréctil, ya que el sobrepeso está relacionado a mayor trastorno circulatorio, y también a la disminución en la producción de hormona masculina (testosterona), lo que conlleva a una mala erección.
– Abuso del uso del alcohol: trastorna la conducción nerviosa al pene, y produce depresión del sistema nervioso. En poca cantidad podría ayudar en algunos casos.
– La ansiedad: el estado ansioso impide una buena erección, y si no es tratado a tiempo pues la misma falta de una buena erección genera más ansiedad, lo que agrava más la falta de erección.
– La libido baja: el estado de ánimo, el estrés, la ansiedad, llevan a una pérdida inmediata de la libido (interés por el sexo), aunque no necesariamente implica tener una disfunción eréctil, pero sí afecta el deseo de tener un encuentro sexual.