El amor y el sexo vistos con los ojos de nuestros antepasados

¿Cómo eran el amor, el sexo y las relaciones entre el hombre y la mujer en la época de las antiguas civilizaciones?

El pueblo de los etruscos, que habitaba la antigua Italia, sorprende a muchos por el papel que jugaban las mujeres en su sociedad. El periodista y el escritor italiano, Claudio Lattanzi, descubre algunos enigmas sexuales de los antecesores de los italianos.

La sociedad etrusca era peculiar en comparación con las demás civilizaciones del Mediterráneo porque el rol de la mujer en ella se equiparaba al del hombre, dijo. Aunque hay poca información acerca de la vida del pueblo etrusco, por lo que no se conoce el estatus jurídico de la mujer, se puede afirmar con certeza que las condiciones para ambos sexos eran iguales. Esto era algo nuevo y raro para el mundo antiguo.

En las civilizaciones griega y romana la situación era totalmente contraria: las mujeres pasaban sus vidas en sus hogares, a menudo solo conocían a un hombre, su marido. Entretanto, las mujeres etruscas tenían muchas libertades civiles, en otras palabras, no eran consideradas como propiedad de su esposo.

La civilización etrusca era muy avanzada para su época, opina Lattanzi en su libro ‘El amor y el sexo en los tiempos de los etruscos’.

«En las épocas que siguieron, especialmente durante el periodo de florecimiento del cristianismo, el sexo era considerado tabú y era limitado por el dominio intelectual de los padres de la Iglesia (grupo de pastores cristianos, cuyo conjunto de doctrinas es considerado testimonio de la fe y de la ortodoxia en la Iglesia católica) durante los años oscuros, después de la caída del Imperio romano», explicó.

Según Lattanzi, un grupo de padres de la iglesia influyentes como San Jerónimo, Tertuliano y San Pablo hicieron su propia interpretación de las Escrituras Sagradas, «cuyos temas principales eran la sexofobia y misoginia».

El entrevistado señaló que en aquel entonces se concibió la idea del pecado: la vida sexual se asoció no con el nacimiento de nueva vida, sino con la violación de las reglas religiosas.

«Todo esto sucedió porque varias personas que tenían autoridad y prestigio interpretaron a su manera las Escrituras Sagradas. Ellos crearon la idea del pecado», considera el escritor.

Desde su punto de vista, los etruscos no conseguirían comprender la idea del Día de San Valentín o una celebración dedicada a la mujer porque en su sociedad las mujeres siempre eran iguales a los hombres.

«No cabía defenderlas o glorificarlas en un día especial. Apenas elaborarían una celebración de este tipo», manifestó.

Lattanzi detalló que el etrusco era un pueblo que mantenía el concepto de igualdad de los sexos en un mundo donde esto se hacía cada vez más raro. El escritor espera que su libro acerca de la vida sexual de esta civilización  haga que los lectores, tanto hombres como mujeres, piensen en la moraleja que nos da.

 

 

 

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