Así contradicen los monos de Bali una hipótesis económica de Adam Smith (video)

Un equipo internacional de científicos ha descubierto que los macacos de Bali son lo suficientemente inteligentes como para estimar el valor de los objetos que roban a los turistas. El hallazgo contradice una de las hipótesis más famosas del eminente economista británico Adam Smith.

Los investigadores filmaron a los monos del Templo Uluwatu de Bali (Indonesia) durante 273 días entre 2015 y 2016, además de observarlos también en 2019. Los primates que viven allí roban con frecuencia a los turistas artículos como bolsos, sombreros, gafas de sol, tabletas y teléfonos para intercambiarlos por comida. 

Durante la investigación de su comportamiento los científicos de la Universidad de Lethbridge (Canadá) y de la Universidad de Udayana (Indonesia) se dieron cuenta de que los primates eran capaces de estimar el valor de lo que usurpaban. Su capacidad de hacer trueques con humanos aumentaba en función de la edad y de la experiencia de cada macaco en particular. 

A menudo la negociación para devolver un bien robado entre un ladrón y un turista duraba varios minutos. Una vez la víctima tuvo que esperar hasta 25 minutos, incluidos 17 minutos de negociación, para que el primate le devolviese sus pertenencias.

Los monos adultos, por ejemplo, tendían a acumular «varias recompensas de comida» antes de devolver un artículo de valor, y eran «más propensos» a aceptar una «recompensa de comida menos preferida» a cambio de un artículo no tan valioso, relata el estudio publicado en la revista Royal Society

«Esta práctica espontánea, específica de la población, prevalente, intergeneracional, aprendida y socialmente influenciada puede ser el primer ejemplo de una economía de fichas culturalmente mantenida en animales en libertad», señalan los autores del estudio.

Además, los investigadores notaron que los astutos macacos preferían robar aquellos artículos que los humanos intercambiarían con mayor probabilidad por comida, como dispositivos electrónicos, en lugar de objetos que a los turistas les importaban menos, explicó Jean-Baptiste Leca, profesor asociado del departamento de psicología de la Universidad de Lethbridge y autor principal del estudio.

De esta manera los monos se convirtieron en especialistas en robar a los turistas despistados que no seguían las recomendaciones del personal del templo y no guardaban todos los objetos de valor dentro de bolsos con cremalleras bien atados a sus espaldas, señaló el científico canadiense.

«Estos comportamientos son socialmente adoptados y se han mantenido a través de generaciones de monos durante al menos 30 años en esta población», resumió.

Los nuevos hallazgos refutan por completo la hipótesis descrita en su día por el eminente economista británico Adam Smith en su obra La riqueza de las naciones

Dicho manuscrito, publicado en 1776, es a su modo una suerte de biblia del capitalismo en la que se habla de la propensión de los seres humanos al trueque y de la «mano invisible» que guía al mercado. En particular, Smith aseguraba que nadie había visto a un animal que, con sus gestos y gritos, insinuase a otro: «Esto es mío, eso es tuyo; estoy dispuesto a darte esto por aquello». 

«Nadie ha visto nunca a un perro hacer un intercambio justo y deliberado de un hueso por otro hueso con otro perro», escribía el economista. Los macacos de Bali contrarian y echan por tierra las deducciones de Smith.

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