Con esto en mente, el Presidente Obama hizo una promesa a su esposa y sus hijas, el llevarlas de vacaciones el mismo día en el que dejará su puesto como mandatario del país norteamericano.
Como un hombre de palabra, se ha confirmado ya que la familia dejará la Casa Blanca directamente para darse una escapada en Palm Springs. Nada de protocolos, ni de agendas, por primera vez en ocho años, la familia Obama tendrá unas vacaciones a las que no llegará en el Air Force One.
“Les puedo decir que la Primera Familia está ansiosa de volar a Palm Springs, California, el viernes”, dijo Josh Earnest, Secretario de Prensa de la Casa Blanca durante una conferencia, “El Presidente le prometió a su familia llevarla de vacaciones a un destino más cálido que Washington y Palm Springs es justo eso. Él y su familia han disfrutado el tiempo que han pasado ahí antes, y están esperando viajar ahí el viernes”.
Si bien la familia regresó hace un par de semanas de su viaje anual a Hawái durante la temporada de fiestas navideñas, esta escapada tiene un sabor diferente. Por primera vez en ocho años contarán con una libertad que la presidencia no les permitía hasta este momento. Malia y Sasha que llegaron a la residencia presidencial siendo unas niñas, tendrán su primer viaje en familia mucho más relajado y sin fotógrafos esperándolas al pie del avión.
Bien había dicho el Presidente que lo que soñaba con hacer al acabar su mandato era dormir, por lo que no ha sorprendido que se haya querido ir de vacaciones justo el día en el que deja el puesto.
Como parte de los cambios, después de este viaje la familia no regresará a la Casa Blanca, sino que irán directo a su nueva residencia en Washington D.C. Apenas a inicios de esta semana se pudo ver un equipo de mudanza llegando al hogar en el exclusivo barrio de Kalorama, en D.C., en donde se establecerán los Obama. Será ahí en donde Michelle podrá cumplir su “sueño” de ir de compras a un Target y de abrir una ventana sin tener que avisar al Servicio Secreto.