El régimen y los rebeldes sirios también combaten ahora en Libia

Los combates entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes han perdido intensidad en Siria, gracias a un alto el fuego impulsado por Rusia y Turquía, pero el conflicto se ha desplazado a Libia, donde mercenarios de ambos bandos se enfrentan, amparados por sus respectivos «padrinos» ruso y turco.

Turquía apoya a la vez a grupos rebeldes en Siria y al Gobierno de unión (GNA) reconocido por la ONU en Libia. Enfrente, Moscú defiende militarmente al régimen sirio de Bashar al Asad y apoya la ofensiva que libra desde hace más de un año el líder militar del este de Libia, el mariscal Jalifa Haftar, contra Tripolí, sede del GNA.

El reciente acercamiento entre el régimen de Damasco y el mariscal Haftar ilustra la creciente imbricación de estos dos conflictos.

En marzo, el gobierno paralelo pro-Haftar basado en el este del país volvió a abrir un embajada de Libia en la capital siria, cerrada desde 2012. Y ya hay vuelos entre Damasco y Bengasi, feudo de Jalifa Haftar a unos 1.000 km al este de Tripoli.

Según un informe confidencial de la ONU, estos vuelos de la compañía privada siria Cham Wings han permitido enviar a centenares de mercenarios al frente libio.

Según este informe de expertos encargados de vigilar el embargo de armas impuesto a Libia, un total de 33 vuelos han sido efectuados desde el 1 de enero. «El número de combatientes sirios que apoyan las operaciones del mariscal Haftar es de menos de 2.000» precisa el documento.

Según la misma fuente, estos combatientes han sido contratados por el grupo privado ruso de mercenarios Wagner, en nombre del mariscal Haftar.

Moscú ha desmentido cualquier implicación de su gobierno en la presencia de mercenarios rusos en Libia.

– «Enemigo común» –

Interrogado por el grupo de expertos de la ONU, el régimen sirio ha afirmado que esos vuelos de Cham Wings con destino a Bengasi se limitan «al transporte de civiles, en particular sirios que viven en Libia».

Damasco y el mariscal Jalifa Haftar están unidos porque tienen un «enemigo común»: Turquía, según afirma a la AFP Samuel Ramani, investigador en la universidad de Oxford.

Para Rusia, «el objetivo sería advertir a Turquía que puede ejercer represalias asimétricas en respuesta a las acciones militares turcas en Siria, con una escalada recíproca en Libia».

Turquía estaría entonces amenazada con un doble frente –en Siria y en Libia– que la llevaría «al límite de sus capacidades», asegura.

– Miles de mercenarios –

Los expertos de la ONU citan «algunas fuentes» para evaluar el número total de combatientes sirios en Libia en unos 5.000, incluyendo los «reclutados por Turquía para el GNA».

Interrogado por la AFP, el director del Observatorio sirio de derechos humanos (OSDH) habla de hasta 9.000 mercenarios sirios enviados por Turquía a Libia, entre ellos adolescentes de 16 a 18 años.

«Otros 3.300 combatientes se entrenan actualmente en los cuarteles turcos» a la espera de ser enviados al frente, al sur de Tripoli, asegura Rami Abdel Rahman.

Según él, estos mercenarios pertenecen al «Ejército nacional», una coalición de grupos insurgentes sirios proturcos basados en el noroeste de Siria.

Abdel Rahman estima además en 298, entre ellos 17 adolescentes, el número de combatientes sirios proturcos muertos en combate en Libia.

Según Ramani, Emiratos árabes unidos, que apoya al bando de Haftar, contrata por su lado a mercenarios sudaneses.

Y es que en Libia, igual que en Siria, las injerencias armadas extranjeras no se limitan a Rusia y Turquía, en estos conflictos que han dejado centenas de miles de muertos y de desplazados en los últimos años.

AFP

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