SANTO DOMINGO.- La Fundación Institucionalidad y Justicia (FINJUS), a la luz de la situación actual generada por la pandemia por coronavirus, exhortó a los senadores y diputados recién electos a colocar como una de sus prioridades el desmonte de la cultura de privilegios que por décadas ha funcionado en las cámaras legislativas y que comprenden programas multimillonarios para la realización de iniciativas que son ajenas a las funciones que la Constitución les atribuye.
Finjus, a través de un comunicado, expresó que a lo largo de los últimos años diferentes sectores nacionales, en los ámbitos empresarial, religioso, académico y comunitario han planteado que el uso de los privilegios excepcionales entre diputados y senadores se ha convertido en una grave distorsión y desnaturalización de la naturaleza de los congresistas, que ha originado que en muchas comunidades sean percibidos como una fuente de asistencia social y origen del clientelismo
“Tiene cada vez más fuerza entre los expertos y las organizaciones la opinión de que los denominados “Fondos de Compensación Social”, las exoneraciones y entradas extras de los legisladores socavan la legitimidad política de su representación política y constituyen una forma inaceptable de dispendio de recursos públicos y suplantación de órganos públicos”, indicó.
FINJUS llama a los senadores y diputados electos que provienen de comunidades y grupos sociales que rechazaron todas las formas de “barrilitos”, “cofrecitos” o fondos similares, a que decidan dar el paso de transformar el ejercicio legislativo y tomen las medidas para que esos recursos públicos sean destinados a las acciones que requiere el fortalecimiento del sistema de salud y los planes urgentes para el relanzamiento de la economía y el tránsito hacia la normalidad tras la pandemia.
Dijo que la sociedad dominicana confía en que la nueva composición del Congreso, integrada por una gran cantidad de jóvenes profesionales y especialistas en diferentes sectores, se abocarán a dirigir el proceso de desmonte del conjunto de los privilegios que desnaturalizan al primer poder del Estado y avancen en el fortaleciendo la institucionalidad democrático, concentrándose en las tareas propias de su alta investidura, para atender las necesidades reales de la nación.