Esposa desconsolada ante asesinato: “A mis hijos no les faltaba nada porque su papá salía a trabajar temprano”

Santo Domingo.- “Él era un hombre trabajador», así definió María Altagracia Méndez a su esposo Mario Figueroa, quien resultó muerto en el día de ayer de un disparo en la cabeza por un agente de la Policía Municipal.

Familiares, amigos y vecinos también lo describieron como una persona amable con todo el mundo y que nunca tuvo problemas con nadie.

“A mis hijos no les faltaba nada, ellos nunca pasaron hambre porque su papá salía a trabajar temprano. Él se sacrificaba para que nosotros no cogiéramos lucha», decía Méndez entre lágrimas.

La pareja de 10 años de matrimonio procreó dos hijos que tienen 8 y 5 años de edad. Mientras que María tiene una de 15, a quien Mario también reconoce como su hija.

Figueroa se dedicaba a trabajar con compañías de mercancías, en el proceso de buscar los camiones y contratar a los camioneros, según informó su esposa.

El miércoles cerca del mediodía el hombre fue asesinado cuando intervino en una discusión entre policías municipales y hombre, cuando uno de los agentes le disparó.

Al momento del sepelio, el pastor evangélico Eduardo Martínez quien es primo de la víctima, exclamó que en el país no hay justicia porque «los delincuentes salen a los pocos días de la cárcel por sus relaciones».

Figueroa fue enterrado en el cementerio Cristo Redentor alrededor del mediodía de ayer.

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