Pero 24 horas después murió el primero y cuando el segundo también se encargaba de los de su padre, este joven también falleció.
La ingesta de clerén contaminado produjo una ola muerte de tres miembros de una misma familia en 72 horas y la población de Pedro Santana reaccionó alarmada con sus muertes. La tragedia parece haber perseguido a la familia Rosario, ya que hace un tiempo murió en un hecho trágico otro hijo de Tano y hermano de Alexis.
El dato fue aportado por Rachael Rosario, la única sobreviviente de los tres hijos que Tano procreó con su mujer, Maria Magdalena Sánchez. Las dos mujeres se encontraban frente al altar en la vivienda donde velaban a Adrian al momento de la visita de Listín Diario. Es una humilde casita de madera y techo de zinc, ubicada en la parte atrás de la residencia del alcalde de este municipio, Hipólito Valenzuela, que ha sido la persona que se encargó del traslados de los afectados a los hospitales y las sepulturas y asistencia a los familiares de los muertos.
En el cementerio local fueron colocadas tres cruces para igual miembros de esta familia muertos cada 24 horas, lunes, martes y miércoles, a causa de la ingesta del “alcohol de la muerte”.
. Las muertes se han producidos en todo los pueblos de la zona relacionadas a la ingesta del clerén que compraron en el mercado de Los Cacaos, una población haitiana , situada a unos cinco kilómetros de este lugar.
Por el hecho se busca a un tal Gerardo, un ciudadano haitiano que hoy es perseguido por las autoridades de Haití y República Dominicana al ser señalado como la persona que distribuyó el alcohol que produjo la tragedia.
En la noche del domingo 17 de este mes, Gerardo llegó al mercado fronterizo que se realiza en esta comunidad haitiana, para hacer lo que ha hecho durante últimos 20 años de su vida: vender clerén.
Fueron dos tanques los que trajo, y que se vendieron al detalle a primera hora de la mañana del lunes, que es cuando se realiza el mercado.
Lo que hace “popular” a esta bebida es el precio. Una botella de clerén solo cuesta 50 pesos; una “chatica”, 25; y hasta te venden diez pesos si tu solo tienes esa cantidad.
“Es más, tu llevas un envase y te dan a probar y hasta te lo fían”, narró uno de los asiduos a este mercando donde se comercializan además otros productos como ropas usadas, arroz, aceite y azúcar.