Papa Francisco abogará por trato más justo a inmigrantes en Chile

IQUIQUE, Chile (Reuters) – El Papa Francisco llamará el jueves a los chilenos a abrir sus brazos a las nuevas oleadas de inmigrantes y a brindarles un trato más justo a su paso por el puerto de Iquique, la última escala de su visita al país antes de volar a Perú.

Desde la madrugada, miles de fieles acamparon en las afueras de una playa cercana a Iquique, en el corazón del desierto más árido del mundo, donde el Sumo Pontífice dará su mensaje final en suelo chileno tras pedir perdón por los abusos sexuales de sacerdotes y abogar por los pueblos originarios en días previos.

Iquique, que en lengua de la etnia aymara significa “sueño”, se ha convertido en los últimos años en uno de los mayores polos migratorios del norte del país para personas que huyen de las crisis políticas y económicas en sus naciones de origen.

Pero la llegada de los extranjeros al puerto, sede de importantes faenas mineras, ha despertado sentimientos xenófobos en la población local, un rechazo que se repite en las principales urbes de Chile y que Francisco buscaría aplacar.

“Muchos piensan que ellos vienen a quitarles (a los chilenos) un poco el trabajo, pero ellos vienen a buscar oportunidades. Lo que pasa a que a veces los chilenos somos demasiado egoístas, no pensamos en el otro”, dijo Camilla Hidalgo, una joven de 24 años que vive en Iquique.

En los últimos años, los inmigrantes, que solían venir de países vecinos como Bolivia y Perú, han llegado desde sitios más lejanos como Haití, Cuba, Venezuela y Colombia.

Un 75 por ciento de los chilenos cree que el gobierno debería adoptar políticas migratorias más estrictas y casi la mitad considera que la inmigración es mala para el país, según una encuesta privada realizada el año pasado.

“Cierta población de Chile es discriminatoria con ellos. No hay un trato justo”, dijo Claudio Bahamondes, un chileno de 43 años que cada año participa y baila en la fiesta religiosa de la Tirana, al interior de Iquique.

CONDICIONES PRECARIAS

El fenómeno del aumento migratorio, que se ha multiplicado por cinco en los últimos 30 años, también ha arrastrado a muchos extranjeros a vivir en condiciones muy precarias.

El auge del cobre en años recientes en el norte de Chile atrajo, por ejemplo, a miles de colombianos que huían de la inseguridad en su país. Pero el desplome en el precio del metal y el congelamiento de las inversiones mineras terminó por derrumbar los sueños de muchos de ellos.

“Hay inmigrantes que no tienen trabajo, viven mal económicamente y en cuartos como animalitos, en un cuarto viven hasta 5 o 6 personas y ahí mismo cocinan”, dijo Dora Reyes, una inmigrante peruana de 58 años y dueña de un almacén que llegó al país hace dos décadas.

El pontífice realizará una misa masiva poco antes del mediodía en el ahora cosmopolita puerto, a donde también llegarán bolivianos, argentinos y peruanos para verlo.

“Si el Papa da un mensaje imagino será sobre la integración”, dijo Patricia Quispe, una peruana de 35 años que junto a su familia viajó seis horas en bus para participar en la eucaristía en Iquique.

En la antesala de la visita, cientos de peregrinos se congregaron con globos y tambores en barrios del puerto para recibir la figura de la Virgen del Carmen de la Tirana, que será coronada en la playa por el Papa como reina y madre de Chile. La concurrencia al acto masivo de Iquique sería menor a lo previsto inicialmente, según los organizadores.

El Pontífice, nacido en Argentina como Jorge Bergoglio y que vivió cerca de un año en Chile en su juventud, también se reunirá en Iquique con víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet antes de viajar por la tarde hacia Lima.

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