Mitt Romney arrasa en Florida y allana camino a la nominación republicana

Miami. El multimillonario Mitt Romney arrasó el martes en la elección primaria de Florida, logrando una sólida ventaja sobre el conservador Newt Gingrich que le vuelve a situar como claro favorito para ser el nominado del Partido Republicano que enfrente a Barack Obama en noviembre.

Romney confirmó las predicciones de las encuestas de una ventaja de al menos 15 puntos sobre Gingrich (47 por ciento – 32 por ciento), según proyecciones de las cadenas de televisión estadunidenses considerando el 74 por ciento de los votos escrutados.

Este es el segundo triunfo para Romney después de ganar a mediados de mes en New Hampshire en unas primarias que empezaron el 3 de enero en Iowa, ganadas entonces por el ex senador conservador Rick Santorum -tercero en los sondeos-.

De su lado, Gingrich venció en la primaria realizada en Carolina de Sur el pasado 21 de enero. El representante de Texas, Ron Paul, se mantiene en el cuarto puesto.

«Una primaria competitiva no nos divide, nos prepara y vamos a ganar», dijo Romney en alusión a los ataques personales que se hicieron con Gingrich para esta campaña que cerró victorioso con un multitudinario evento en Tampa (centro de Florida), siendo presentado por su esposa Anne, sus cinco hijos y algunos nietos.

«Bueno señor Presidente, usted fue elegido para dirigir, usted prefirió ser un seguidor y ahora es tiempo de que se salga del camino», lanzó el ex gobernador de Massachussetts en referencia a Barack Obama ante una muchedumbre eufórica.

En Florida el Partido republicano cuenta con más de 4 millones de afiliados y el vencedor gana 50 delegados de los 1.144 necesarios para conseguir la candidatura presidencial republicana, la cual se decidirá en una convención del partido en agosto en Tampa.

Gingrich reconoció la derrota confiando en que sus credenciales conservadoras -y el apoyo de líderes ultraconservadores del Tea Party como Sarah Palin y Herman Cain- le permitirán al final vencer a Romney y luego a Obama.

«Si Barack Obama es reelecto será un desastre para Estados Unidos», dijo Ginrgrich en su discurso final en Florida, que al igual que Romney, borró de un plumazo el tono agresivo hacia su rival y se enfocó atacar al Presidente.

«Aún quedan 46 Estados», decían leyendas en el comando de Gingrich aclarando que pese al tropiezo del martes sigue adelante.

«Voté por Romney porque es el más positivo de los candidatos y creo que su experiencia como empresario es lo que necesitamos hoy en el país», dijo Steve Avila, un recién graduado en Economía de 22 años, en un centro de votación en Brickell, el centro financiero de Miami.

Según encuestas a boca de urna, 62 por ciento del electorado de Florida votó pensando en que la economía era el principal problema que debía solucionar un candidato.

Conquistar latinos y jubilados Los aspirantes republicanos a la Casa Blanca se esmeraron en conquistar en este Estado a dos importantes grupos de electores, los latinos y los jubilados: 22.5 por ciento y 17.3 por ciento respectivamente de una población de más de 19 millones de habitantes.

Los latinos representan 13.1 por ciento de los votantes en Florida, un millón y medio de personas. Más de la mitad de ellos están afiliados al Partido demócrata, y el resto son republicanos que, en una gran mayoría (al menos 35 por ciento según sondeos) apoyaron a Romney.

De cara al electorado cubano-estadounidense, Gingrich y Romney compitieron por demostrar quién tendría más ‘mano dura’ para planificar una Cuba sin los hermanos Castro o alejar de América Latina «la amenaza» del presidente venezolano, Hugo Chávez, como dijeron al unísono en eventos hispanos.

Pero atraer a los mayores de 65 años resultaba más complicado si tocaban el sensible tema de reformar el seguro de salud y el sistema de pensiones.

Sus planes de incluir las opciones de fondos de pensiones y aseguradoras privadas, quedaron al margen de los debates televisados.

Los asesores de Romney inundaron de publicidad muy negativa sobre Gingrich en la radio y televisión con un gasto de más de 15 millones de dólares, según la prensa estadounidense, cinco veces más de lo que gastó Gingrich en una campaña igual de agresiva.

Tras los comicios en Florida, la campaña por la primaria republicana se retomará el 4 de febrero en los caucus de Nevada y Maine. Mientras que los precandidatos no prevén volverse a ver las caras hasta el próximo 22 de febrero cuando está pautado otro debate.

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