El joven estadounidense William Brown falleció el martes de la semana pasada en el hospital dos días después de que le explotara en la cara el cigarrillo electrónico que acababa de comprar en una tienda de la localidad texana de Keller, informaron este lunes medios locales.
De acuerdo con el testimonio de su abuela, el aparato, que Brown estaba probando en el interior de su automóvil, le estalló. El varón, de 24 años, salió malherido hacia la parte trasera del coche, donde alguien lo vio y llamó a una ambulancia. Al parecer el joven padecía asma y le habían dicho que el dispositivo podía hacer que sus síntomas desaparecieran.
Según una primera investigación, un fallo en la batería habría sido el motivo del accidente. Los médicos explicaron que la arteria carótida izquierda de Brown, que además sufrió un derrame cerebral dentro del vehículo, había quedado seccionada.
No es la primera vez que este tipo de aparatos causa víctimas mortales en EE.UU. El pasado mes de mayo otro hombre falleció por la misma razón en el estado de Florida.
Asimismo, según un informe de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), entre 2009 y 2016 se registraron 195 incidentes de esta naturaleza que se tradujeron en 133 personas heridas; 38 de las cuales de gravedad.
Agencias