México denuncia que gobierno golpista sigue asediando a sus sedes diplomáticas en Bolivia

CIUDAD DE MÉXICO. — La Secretaría de Relaciones Exteriores de México denunció que agentes de inteligencia y de seguridad de Bolivia siguen rodeando la embajada y la residencia oficial en ese país, realizan seguimientos y grabaciones y obstaculizan el libre tránsito de la embajadora y otro personal.

«El Gobierno de México denuncia el hostigamiento tanto a su embajada como a su residencia oficial (…) Cuerpos de seguridad e inteligencia bolivianos continúan rodeando ambos recintos de México en La Paz, contrario a lo que han declarado funcionarios de ese país», dijo la cancillería en un comunicado.

Un cerco policial en torno de los dos edificios «registra el movimiento de las personas que entran y salen de los recintos diplomáticos mexicanos; agentes realizan grabaciones y han intentado detener el libre tránsito de la embajadora de México y del personal diplomático, mientras que oficiales motorizados siguen los desplazamientos de vehículos oficiales», agrega el comunicado.

Más temprano el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, había reportado una reducción significativa de la «vigilancia extrema» en la embajada de su país en Bolivia.

Pero horas más tarde, la cartera de Exteriores volvió a denunciar «la intimidación de la que están siendo objeto la embajada y residencia oficial de México en Bolivia, lo que constituye una flagrante violación a la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas».

«Es evidente que estas acciones no corresponden a las prácticas habituales de vigilancia y protección de los inmuebles diplomáticos, basadas en las normas que regulan la buena convivencia entre las naciones, y solo se pueden explicar a la luz de la situación política interna por la que atraviesa ese país», añadió la cancillería mexicana en su comunicado de este martes.

México reiteró el reclamo a Bolivia de que cumpla con sus obligaciones emanadas de la convención, y que incluyen garantizar la inviolabilidad de las misiones diplomáticas.

También exigió a Bolivia «cesar la política de hostigamiento y amedrentamiento» y advirtió que si la situación se mantiene, responsabilizará al país sudamericano «por cualquier afectación a la sede diplomática, a su personal acreditado y a toda persona que se encuentre bajo la protección del Estado mexicano en ese país».

Una veintena de personas se refugiaron en la embajada mexicana en La Paz para solicitar asilo político, luego de que Evo Morales renunció a la presidencia de Bolivia el 10 de noviembre pasado y partió asilado a México  dos días después.

El pasado 13 de noviembre, tras otorgar asilo al expresidente Morales, López Obrador expresó su compromiso de trasladar a su país a alrededor de una veintena de personas que se refugiaron en la embajada en La Paz.

Morales salió de México hacia Cuba el 6 de diciembre y posteriormente viajó a Argentina, donde tramita el estatus de refugiado.

El 18 de diciembre, la fiscalía de Bolivia  ordenó la detención del exmandatario, acusado de «sedición y terrorismo».

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