«Lo estoy haciendo genial pero es una guerra todos los días», se queja Trump

Entrevistas con funcionarios estadounidenses sugieren el retrato de un presidente que «disfruta de los cambios de dirección bruscos y se siente libre de ignorar a los aliados históricos», según The New York Times.

A mitad de su mandato, el presidente estadunidense Donald Trump «está más seguro de su propio juicio y más aislado del de los demás que en cualquier otro momento desde que asumió el cargo», editorializa el diario The New York Times. Para el artículo, entrevistó a cerca de 30 funcionarios de la Administración, actuales y antiguos, amigos personales, aliados políticos y legisladores.

El medio cuenta cómo suele explotar Trump cuando se siente frustrado con sus asesores en las reuniones y los llama «malditos idiotas». «Durante dos años, Trump ha librado una guerra contra su propio Gobierno, convencido de que las personas que lo rodean son tontos», publica el diario.

The New York Times destaca que el mandatario «se altera particularmente cuando le dicen que no tiene el poder para hacer lo que quiere, lo que le hace sospechar que lo están desautorizando en secreto«.

Según el rotativo, Trump «está cada vez más solo en un sistema que parece estar más roto que nunca«. Señala que el presidente pasa cada vez más tiempo frente a un televisor, se queja de que «pocas personas a su alrededor estaban allí al principio» y «critica a enemigos que solían ser amigos, alimentando un profundo sentimiento de traición y agravio cuando se vuelven contra él».

Asimismo, los asesores indicaron que Trump está consumido por las múltiples investigaciones que involucran a su abogado, a su presidente de campaña, a sus asesor de Seguridad Nacional y a su fundación familiar.

«¿Pueden creerlo?», dijo una vez mientras escudriñaba el torrente de titulares. «Lo estoy haciendo genial pero es una guerra todos los días» […] ¿Por qué es así?», preguntó a sus asesores, según The New York Times.

El periódico agrega que el retrato que emerge de las entrevistas sugiere «a un presidente que se disfruta de los cambios de dirección bruscos, que se siente libre de ignorar a los aliados históricos y preside la casi constante turbulencia dentro de su propio equipo, ya que sigue sus propios instintos».

Agencias

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