La odisea de los gais israelíes que buscan un vientre de alquiler

Harel Barak y Yakir Kannel llevan cuatro años casados y para «hacer realidad su sueño» de fundar una familia tuvieron que irse a Canadá ya que los vientres de alquiler están prohibidos para los gais en Israel.

El Estado hebreo «es un país líder en la reproducción asistida, parejas del mundo entero vienen aquí para beneficiarse de tratamientos muy eficaces, pero nosotros no tenemos derecho a ello», lamenta Harel, de 38 años, un abogado que reside en Tel Aviv.

Si Israel autoriza desde 1996 la gestación subrogada (vientres de alquiler), limita este derecho a las parejas heterosexuales.

La Kneset (Parlamento israelí) aprobó en 2018 la ampliación de este derecho a las mujeres solteras o estériles, pero lo prohibió a las parejas de un mismo sexo y los hombres solteros.

Decenas de miles de personas se manifestaron contra esta decisión en un país que presume de ser uno de los más tolerantes hacia los homosexuales en Oriente Próximo.

Julien Bahlul, portavoz de la Asociación de padres homosexuales de Israel, recuerda que las parejas gais israelíes que desean tener un hijo con gestación subrogada deben encontrar un vientre de alquiler en Canadá o Estados Unidos y pagar unos 100.000 dólares (85.000 euros).

«En Israel, les costaría dos veces menos», explica Bahlul a la AFP.

Como Harel y Yakir, hay «decenas y decenas» de parejas que cada año apuestan por este proceso largo y costoso.

– Oposición de los ortodoxos –

El Tribunal Supremo israelí dio en febrero a la Kneset un año «para que acabe con la discriminación» y cambie la ley para que «las parejas del mismo sexo y los hombres solteros» también puedan beneficiarse de la gestación subrogada en territorio israelí.

El 1 de julio, el parlamento votó, sin embargo, en contra de esta modificación legislativa iniciada por Idan Roll, un diputado abiertamente homosexual del partido de oposición centrista Yesh Atid.

Como ya había sucedido hace dos años, los diputados ultraortodoxos, con gran influencia sobre el gobierno presidido por Benjamin Netanyahu, lograron imponer su criterio y su oposición a las estructuras familiares de los homosexuales.

Diputados de la formación centrista Azul-Blanco de Benny Gantz, en el pasado aliados de Yesh Atid pero que ahora forman parte del ejecutivo de Netanyahu, tampoco apoyaron la reforma y se abstuvieron.

«Hacen triquiñuelas y mienten a las parejas gais que simplemente quieren ser padres», critica Atid.

– «Hazme nietos» –

Según el portavoz de la Asociación de padres homosexuales de Israel, la oposición del Parlamento a modificar la ley de la gestación subrogada muestra que «hay una gran diferencia entre la mentalidad de la sociedad israelí y la de sus dirigentes políticos».

«Todos los sondeos muestran que la gran mayoría de los israelíes son favorables al matrimonio gay y a la gestación subrogada» para los homosexuales, sostiene Bahlul, quien recuerda el rol central de la familia y los hijos para los israelíes.

En este país, las parejas gais han sido cada vez más aceptadas a partir del momento en que tuvieron descendencia: «Uno de los chistes locales dice que cuando un hombre sale del armario, su madre le responde: +De acuerdo, pero hazme nietos+».

Para las familias modestas o de clase media, sin embargo, no resulta tan sencillo pagar un tratamiento de gestación subrogada en el extranjero.

Es el caso de Harel y Yakir que tuvieron que pedir varios créditos y ahora se encuentran inscritos en la lista de espera de la empresa canadiense «Babies come true» (Los bebés se convierten en una realidad»), aunque su solicitud se ralentizó con el cierre de fronteras por el nuevo coronavirus.

«Pese a todos los obstáculos, iremos hasta el final porque tener un hijo es lo que más deseamos en la vida», asegura Harel.

AFP

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