Estado Mayor: las armas nucleares rusas pueden causar daño inadmisible a cualquier agresor

MOSCÚ (Sputnik) — Las Fuerzas Nucleares Estratégicas de Rusia están rearmadas hoy al 74%, lo que garantiza su capacidad de provocar un daño inadmisible a cualquier agresor, afirmó el jefe del Estado Mayor General del Ejército ruso, Valeri Guerásimov.

«La presencia de armas modernas en las fuerzas nucleares estratégicas terrestres, aéreas y navales ha alcanzado el 74%», dijo Guerásimov durante una reunión de altos cargos del Ministerio de Defensa.

El militar subrayó que estas fuerzas «son capaces de causar de forma garantizada un daño inadmisible a cualquier agresor, aunque disponga de medios de defensa antimisiles».Refiriéndose al componente aéreo, Guerásimov dijo que el número de aviones con capacidad de lanzar avanzados misiles de crucero se multiplicó por 11 en los últimos años.

Los portamisiles modernos en la aviación estratégica, añadió, representan actualmente el 75,7%.

«En general, la capacidad combativa de las fuerzas nucleares estratégicas de emplazamiento aéreo se incrementó más de un 50%», apuntó.

El potencial ruso en los mares

Asimismo, comunicó que Rusia aumentó en los últimos cinco años la presencia de las unidades que cuentan con armas de alta precisión en los mares Báltico, Barents, Negro y Mediterráneo.

«El potencial alcanzado en el ámbito de las armas de alta precisión permitió aumentar las unidades dotadas de ellas en las zonas de importancia estratégica, y en particular en mares Báltico, Barents, Negro y Mediterráneo», dijo.

Guerásimov precisó que en su mayoría esas unidades están formadas por buques dotados de misiles de crucero Kalibr, sistemas de defensa aérea S-400 y sistemas de misiles antibuques Bastión.Indicó que el desarrollo ulterior de las armas de alta precisión permitirá «traspasar la mayor parte de las tareas de contención estratégica del ámbito nuclear a no nuclear».

La seguridad en el espacio

Informó también que Rusia puso en órbita medio centenar de satélites militares durante el último quinquenio para vigilar los lanzamientos de misiles balísticos de EEUU.

Estos satélites «permitieron reforzar el control sobre los sitios de lanzamiento de misiles balísticos en la parte continental de América del Norte y sobre las zonas de patrullas submarinas de naciones extranjeras», declaró Guerásimov durante una reunión de altos cargos del Ministerio de Defensa.En los últimos cinco años, según él, se sumaron a la flotilla orbital 55 satélites de uso militar y se creó un nuevo cohete, Angará, para elevar cargas útiles a las órbitas circunterrestres.

El futuro desarrollo del sistema, dijo Guerásimov, proporcionará la oportunidad de «asegurar un control global y continuo sobre las zonas de lanzamiento de misiles balísticos».

Esta flotilla satelital, añadió, proporciona a la dirección política del Estado, los mandos militares y las tropas los servicios de comunicaciones, inteligencia y navegación de una manera expedita y con la calidad requerida.

Combates en Siria

Los militares rusos en Siria ensayaron casi todas las armas innovadoras, declaró el jefe del Estado Mayor General del Ejército ruso, Valeri Guerásimov.

«Durante la operación se ensayaron en condiciones de combate casi todas las unidades de armas rusas y de maquinaria bélica de punta», dijo Guerásimov durante una reunión de altos cargos del Ministerio de Defensa.Agregó que las armas de alta precisión se aplicaron a gran escala en todas las operaciones de Fuerza Aeroespacial rusa en Siria.

Guerásimov precisó que durante los ataques se ensayaron los misiles de crucero y de otros tipos, nuevos aviones y helicópteros, sistemas de reconocimiento y otras unidades de armas.

«El amplio uso de los medios de reconocimiento y de combate (…) permitió poner en práctica el principio ‘un objetivo y una bomba'», indicó.

Según Guerásimov, los ataques se basaron en el principio zonal.

Así, el radio de 4.000 kilómetros lo cubrieron los misiles rusos Kalibr, los Х-101 y los bombarderos Tu-22М3.

En la zona de alcance mediano, hasta 500 kilómetros, actuaron los bombarderos Su-24 y los cazas Su-33.

En la zona de corto alcance se aplicó el sistema de comunicación y reconocimiento Strelets y los bombarderos Su-24М.

«La operación en Siria comprobó que las armas y otro material bélico de Rusia se encuentran entre los mejores del mundo», afirmó Guerásimov.

Guerásimov aseguró que alrededor de 54.000 terroristas fueron aniquilados en los últimos dos años en Siria.

«En total fueron eliminados más de 54.000 elementos de los grupos armados ilegales que operan en Siria», dijo el jefe del Estado Mayor General del Ejército ruso.

Las facciones terroristas, indicó, contaban con 1.500 tanques y vehículos blindados, más de 1.200 morteros y otras piezas de artillería.

«Tenían cantidades suficientes de armas que recibían del extranjero», subrayó.

Guerásimov remarcó también que instructores de Estados Unidos, Europa occidental y Oriente Medio entrenaron a los mandos terroristas en campamentos específicos.

«En algunos casos oficiales de estos países dirigían directamente a las formaciones armadas ilegales», desveló.

Rusia se implicó en el conflicto de Siria a petición de su presidente, Bashar Asad, lanzando a finales de septiembre de 2015 una operación aérea para frenar el avance de los yihadistas.

«En dos años los militares rusos lograron cambiar el curso de la guerra, derrotar a las grandes formaciones terroristas y liberar ciudades clave (en Siria)», resumió Guerásimov.

En octubre, los militares sirios descubrieron dos arsenales del grupo terrorista Daesh (autoproclamado Estado Islámico y proscrito en Rusia y otros países) con armas avanzadas estadounidenses.

En los depósitos se encontraron también armas procedentes de Gran Bretaña, Bélgica, Francia e Israel.

Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto armado en que las tropas gubernamentales se enfrentan a facciones armadas de la oposición y a grupos terroristas, entre ellos Daesh y el Frente al Nusra (también prohibido en Rusia y otros países).

Las hostilidades causaron más de 400.000 muertos, según las estimaciones del enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura.

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