Errores y averías en el mayor ejercicio militar de la OTAN

Con un ruido ensordecedor, un helicóptero se eleva de una embarcación militar, da algunas vueltas entre los fiordos, pero regresa antes de lo previsto a la base militar. Todo el tráfico aéreo acaba de ser cerrado a causa de un objeto no identificado.

Errores repetidos, averías, problemas de organización, los contratiempos se multiplican en las maniobras «Trident Juncture 18», el mayor ejercicio militar de las fuerzas de la OTAN, que se lleva a cabo en Noruega hasta el 7 de noviembre y en el que participan 50.000 soldados, 65 buques y 250 aeronaves de 31 países.

Realizada a unos cientos de kilómetros de la frontera entre Rusia y Noruega en el círculo Ártico, estas maniobras militares tienen como objetivo demostrar la capacidad de la Alianza atlántica de intervenir en el caso en que uno de los países miembros fuera atacado.

Con la hélice todavía en marcha, el Seahawk de la US Navy queda inmovilizado encima del «USS Iwo Jima», una embarcación militar gigante de 40.000 tonas de acero.

No obstante, los ocupantes del helicóptero impacientan dentro del vehículo, a la espera de que sea identificado o neutralizado el objeto no identificado que perturba el espacio aéreo.

Unos minutos más tarde reciben la orden de volver a despegar. «¿Y la nave no identificada», se preguntan. «Se ve que éramos nosotros», reconoce molesto un oficial a bordo del Seahawk en medio de las risas generalizadas.

– «Problemas en el motor» –

Este no fue el único error de esta gran demostración militar, a pesar de los numerosos contactos y reuniones realizadas para prepararla.

Unas horas antes, el Seahawk aterrizó en la zona militar de Vaernes, en el aeropuerto de Trondheim (oeste)

Este debía acompañar a un grupo de periodistas hacia la embarcación estadounidense Mount Whitney, centro neurálgico del Trident Juncture.

Pero ante la falta de una lista de los pasajeros invitados, inicialmente impidieron embarcar a los periodistas. Tras largas discusiones, finalmente les dieron la autorización.

Los periodistas también volaron con un helicóptero entre los fiordos. Tras más de una hora de vuelo, el «USS Mount Whitney» era visible desde el aire.

Los helicópteros lo rodearon para que los periodistas pudieran grabarlo, cuando esta gran embarcación estadounidense dio media vuelta. De forma inesperada. «Ha tenido un problema en el motor», reconoció un oficial a bordo.

Otro imprevisto también afectó el Seahawk. Este helicóptero no tuvo suficiente combustible para llegar hasta la base de Vaernes y debió hacer escala en el portaviones Iwo Jima, en el que luego tuvo problemas para despegar.

«Estoy consternada por este caos», escribió la responsable de prensa de la OTAN, Irina Novakova, molesta por los repetidos contratiempos que lastraron el ejercicio militar.

«Si os sirve de consuelo, unos cincuenta periodistas no pudieron venir al final porque quedaron atrapados en el aeropuerto de Bruselas a causa de una huelga», afirmó Novakova.

«Es por esto que nos entrenamos. Para evitar que estos imprevistos se produzcan en una situación más seria», aseguró el almirante estadounidense Brad Skillman, que fue a saludar a los periodistas que estuvieron presentes durante el ejercicio militar.

AFP

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