Científicos apuntan los errores que cometió España durante la desescalada

Madrid, 25 sep (EFE).- Un equipo internacional de científicos ha elaborado un informe -que publican en la revista británica The Lancet- en el que apuntan cuáles fueron los principales errores que cometieron varios países, entre ellos España, durante las diferentes fase de desescalada.

El informe, titulado «Lecciones aprendidas al aliviar las restricciones de COVID-19: un análisis de países y regiones de Asia Pacífico y Europa», analiza cómo aplicaron esas medidas en Hong Kong, Japón, Nueva Zelanda, Singapur, Corea del Sur, Reino Unido, Alemania, Noruega y España.

Analizan los científicos cómo se han aplicado las restricciones y en esos nueve países con un alto nivel de ingresos tras las fases más críticas de una pandemia «sin precedentes» y para afrontar la situación y evitar que sus sistemas sanitarios se colapsaran.

Los científicos han apuntado las «importantes lecciones» que un análisis de estas características puede aportar a la comunidad internacional y ante el futuro incierto a causa del coronavirus, y han subrayado que el bloqueo de toda la actividad ha salvado muchas vidas pero ha tenido un elevado coste social y económico.

Han insistido en el un levantamiento prematuro de los bloqueos podría provocar un resurgimiento de infecciones y causar daños a la economía aún más graves y a largo plazo que los que ya se han registrado.

En el caso europeo, los científicos han centrado el análisis en dos países que fueron «gravemente afectados» por la primera ola de la pandemia (España y el Reino Unido) y dos que no sufrieron esas consecuencias tan graves (Alemania y Noruega). Y han expresado su preocupación ante la aparente ausencia de estrategias «claras y coherentes» para salir de las restricciones.

Los científicos han analizado cinco indicadores a la hora de aliviar las restricciones más severas: el conocimiento del estado de la infección; la participación de la comunidad; las capacidades de la salud pública; la capacidad del sistema de salud; y los controles fronterizos.

Describen que la estrategia española consistió en un plan que avanzaría en cuatro fases, pero al señalar cuál era el conocimiento en España sobre el estado de la infección los investigadores han aseverado que no existía «ningún indicador especificado públicamente».

Al analizar cómo debía participar la comunidad, los científicos han recordado que España señaló que la distancia física de seguridad debía ser de 1,5 metros y cubrirse la boca con mascarillas cuando no se pudiera asegurar esa distancia.

Sobre las capacidades de salud pública, los investigadores que han publicado el informe señalan que en abril de 2020, la capacidad de realizar pruebas «PCR» para detectar positivos alcanzó las 40.000 diarias y posibilidades de seguir aumentando.

Recuerdan además que las UCI estaban por encima de sus capacidades en muchos hospitales a finales de marzo y abril, que se tuvieron que adaptar otras salas y espacios hospitalarios para acoger a pacientes en estado crítico; y que el personal sanitario ha disminuido debido a las altas tasas de infección.

Y al analizar cuáles eran las medidas fronterizas, los científicos han recordado que las fronteras estaban «completamente reabiertas» a todos los países a partir del 1 de julio de 2020 y que los viajeros entrantes no tenían que hacer ningún tipo de cuarentena.

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