Rusia y China realizan maniobras militares conjuntas, con la participación de casi 10 000 soldados para garantizar la seguridad y la estabilidad mundial.
Las maniobras militares estratégicas llamadas Sibu/Interacción 2021 comenzaron el lunes y se prolongarán hasta el viernes en la región autónoma de Ningxia Hui, en el centro-norte con la presencia, de parte china, de cazas J-20, bombarderos H-6K y aviones militares de transporte Y-20, entre otros.
También estarán presentes las unidades de defensa china de misiles tierra-aire HQ-17, presentada en público por vez primera en octubre de 2019 y capaz de derribar “todo tipo de amenazas aéreas” que entren en su perímetro defensivo de China, incluyendo aviones furtivos de combate, helicópteros, aviones de combate no tripulados (drones) y misiles de crucero, agrega.
Se se trata de las primeras maniobras conjuntas que alberga el gigante asiático desde el comienzo de la pandemia del coronavirus, causante de la COVID-19, y su objetivo, conforme el comunicado emitido por Ministerio chino de Defensa, es “ampliar los esfuerzos antiterroristas de los dos países” y “demostrar la firme determinación y capacidad de ambas partes para salvaguardar conjuntamente la paz y la seguridad internacional y regional”.
Las tropas participantes son principalmente del Comando de Teatro Occidental de China y del Distrito Militar del Este de Rusia. Según fuentes oficiales, en total participan más de 10 000 soldados, más de 200 aviones de combate de diferentes tipos, más de 200 equipos blindados y más de 100 equipos de artillería en un espacio de menos de 48 kilómetros cuadrados.
Varios expertos chinos consultados por el diario local Global Times aseguraron que los ejercicios buscan una mayor cooperación militar entre China y Rusia en un contexto de seguridad “difícil” dada la coyuntura actual que se vive en Afganistán con el avance imparable del grupo armado Talibán en hacerse con el control de una mayor parte de las gobernaciones del territorio afgano.
Cabe recordar que China y Afganistán comparten una frontera de varias decenas de kilómetros de longitud colindante con la provincia china de Xinjiang, de mayoría uigur y confesión musulmana.
Estos simulacros se realizan después de que en el mes de junio, China y Rusia prorrogaron el Tratado de Buena Vecindad y Cooperación Amistosa firmado hace 20 años. Por otra parte, las maniobras coinciden con otras similares que encabezan Estados Unidos y sus aliados occidentales en la región asiática, bajo el pretexto de proteger la libertad de navegación. Para Pekín, estas son medidas coercitivas que buscan interferir en sus asuntos internos.