Trump aturde a los mercados mundiales con una nueva ofensiva comercial

Las nuevas sanciones comerciales contra China anunciadas por Donald Trump agarraron por sorpresa a los mercados mundiales, hundiendo las bolsas y disparando valores refugio como el yen.

«El que quisiera calificar los movimientos en los mercados de estas últimas 24 horas estaría en el derecho de afirmar que acaban de experimentar un «latigazo», resumió Michael Hewson, un analista de CMC Markets.

En unos mercados apenas recuperados de una reunión de la Reserva Federal (Fed) estadounidense que le supo a poco, este anuncio del presidente de Estados Unidos cayó como un jarro de agua fría.

Los tuits del inquilino de la Casa Blanca anunciando el jueves que su administración impondrá, a partir del 1 de septiembre, «un pequeño arancel adicional de 10% a 300.000 millones de dólares restantes» de importaciones chinas, afectó en primer lugar a Wall Street (-0,79%), que todavía estaba abierta.

La onda expansiva se propagó a Asia, donde la Bolsa de Tokio se dejó un 2,1% y Hong Kong un 2,35%, y luego a los mercados europeos, que se tiñeron de rojo en la apertura.

El FTSE 100 de Londres abrió con pérdida del 1,5%, el DAX 30 de Fráncfort del 2,03%, el CAC 40 de París del 2,34% y el IBEX-35 de Madrid del 1,5%.

En primera línea en materia de comercio internacional, las materias primas y el sector del automóvil pagan el precio más alto, como ArcelorMittal, Peugeot y Renault en París, Glencore en Londres y BMW en Fráncfort.

«No es difícil entender hasta qué punto esta brusca escalada tomó a los mercados por sorpresa» en un momento en el que esperaban que «la reanudación de las negociaciones desembocaría, como mínimo, en un corto período de alto el fuego», agregó Hewson.

«Esto sugiere más problemas para la economía mundial», opinó por su parte el analista Andreas Lipkow.

– Hundimiento del «Bund» alemán –

«Desafortunadamente el presidente Trump no sigue los esquemas clásicos», apuntó Hewson, y su gesto de anoche «podría también darle el dólar más débil que busca claramente».

La divisa estadounidense perdió terreno ante el euro desde el jueves por la noche. El viernes por la mañana la moneda común europea se estabilizaba en torno a 1,108 dólares.

«Podrían ser los nuevos aranceles un contragolpe de Donald Trump a la Fed», a la que criticó por su política insuficientemente acomodaticia, para «crear incertidumbre y tensiones suplementarias que la empujaran a bajar más sus tasas en la próxima reunión», se preguntó asimismo Christopher Dembik, responsable de investigación económica en Saxo Banque.

El banco central estadounidense recortó sus tasas un cuarto de punto el miércoles pero Trump, que había pedido una bajada «fuerte», reaccionó rápidamente para mostrar su decepción.

Los inversores más inquietos privilegiaron por su parte los activos considerados refugio en caso de turbulencia.

El yen se apreciaba fuertemente, a 106,92 por un dólar hacia las 07H30 GMT, contra 109,21 la víspera al cierre de la Bolsa de Tokio.

En el mercado obligatario, el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años en Estados Unidos se instalaba muy por debajo del 2%, a 1,843% hacia las 07H30 GMT. En Europa, el del Bund, el bono alemán a 10 años que hace referencia en el mercado, seguía hundiéndose en territorio negativo, encadenando récords hasta casi -0,5%.

– «Juega con fuego» –

Washington impone ya aranceles del 25% sobre más de 250.000 millones de dólares de bienes chinos. Pekín respondió con la imposición de aranceles suplementarios a unos 110.000 millones de dólares de productos estadounidenses.

Hasta ahora, la administración estadounidense había perdonado a los bienes de consumo corrientes, de modo que la economía estadounidense, impulsada por el consumo de los hogares, quedó relativamente al abrigo de la guerra comercial.

Pero la posibilidad de que los aranceles afecten a todos los bienes provocó conmoción en los mercados. La acción del grupo Best Buy, una cadena de tiendas de electrónica, cedió un 9% inmediatamente después del anuncio.

El presidente «juega con fuego», advirtió Gregori Volokhine, analista de Meeschaert Financial Services.

Donald Trump se lanzó en una guerra tarifaria contra China para conseguir que las autoridades chinas pongan fin a las subvenciones a las empresas estatales, a las transferencias de tecnología impuestas a las compañías extranjeras o a los «robos» de la propiedad intelectual estadounidense.

Y advirtió que o hay «un buen acuerdo» comercial o no hay acuerdo. El jueves, incluso afirmó que podía prescindir de comercializar con China.

El jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, presente en Bangkok, acusó por su parte a Pekín de «proteccionismo» y de «estrategia depredadora».

AFP

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