La tenista Serena Williams rompió a llorar después de verse obligada a abandonar el pasado domingo la final de la Copa Rogers en Toronto (Canadá) por culpa de una lesión de la espalda.
Por su parte, su oponente Bianca Andreescu, quien ganaba el segundo trofeo de su carrera, se acercó a la 23 veces campeona de un Grand Slam para apoyarla.
“No me puedo mover”, le admitióWilliams a la joven canadiense, de solo 19 años. La jugadora estadounidense tuvo que retirarse mientras perdía 3-1 en el primer set. “Te he observado toda tu carrera. Eres una […] bestia“, afirmó Andreescu.
Más tarde, Andreescu volvió a dirigirse a Williams con palabras de admiración.
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