TikTok y la pandemia de COVID-19 crecen al mismo tiempo

A nivel mundial, durante el confinamiento por el coronavirus, la plataforma de entretenimiento china TikTok pasó de 400 millones de usuarios a 1.000 millones, según datos de la propia app.

En el año más agudo de la pandemia, el 2020, los mexicanos destinaron entre 8 y 10 horas de consumo al internet, un aumento de dos horas en relación con 2015, de acuerdo con cifras del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).

México es uno de los países que consume más redes sociales en el mundo, superado por Estados Unidos y China, aunque ocupa el sexto lugar mundial en acceso a YouTube, el quinto en Facebook y WhatsApp y el cuarto en Twitter, Instagram y TikTokindicó el académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional Autónoma de México, Luis Ángel Hurtado.

La Consultoría en Comunicación Política Aplicada que dirige el especialista analizó, entre agosto y septiembre de 2021, el consumo de esta aplicación en México mediante 1.120 cuestionarios, 34,7% aplicados a mujeres y 65,2% a mujeres, señaló la UNAM en un comunicado.

La mayoría de los usuarios son jóvenes de entre 14 y 20 años, mientras que el sector menos activo en la app china es el que va de los 51 a los 60 años.«Además, 83% aseguró que estudiaban licenciatura, maestría o doctorado, y 98% dijo conectarse a Tiktok mediante smartphone», apuntó la Universidad.»Uno de los sectores de la población más afectado (en la pandemia) ha sido el de los jóvenes, ya que sienten que perdieron su libertad y la posibilidad de interactuar con sus círculos más cercanos», analizó el académico.

«Por tanto, una ventana de escape ha sido TikTok, en la que pueden ver videos que los divierten», concluyó Luis Ángel Hurtado, especialista de la UNAM.Tal fue el apogeo de TikTok, señala Hurtado, que incluso el sector político se interesó en la plataforma y se aproximó a usarla.

El académico no descartó la oportunidad de que el uso de cualquier red social se acompañe de debate público, construcción de conocimientos y reflexiones sobre la socialización de problemas y la participación ciudadana para resolverlos, además de desafíos contemporáneos.

«Como el ataque al ejercicio de la libertad de expresión que se da en un contexto en el cual se pensaba que internet era un espacio abierto al diálogo», subrayó la UNAM.

Actualmente, las redes se dejan dominar por la emotividad y los impulsos, destacó Hurtado, lo que deriva en polarización, discursos de odio y desinformación.

«Lo ideal sería que, a través de ellos, concientizaran a más gente sobre el cuidado del medio ambiente, el respeto a las minorías, a la equidad de género, fomentar los derechos humanos y de los animales», ejemplificó.

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