Vivir sin príncipe ni enanos en el siglo 21

Por Patricia Báez Martínez

Nosotras, que fuimos educadas escuchando historias de Blanca Nieves, Cenicienta y Caperucita Roja, hemos crecido con muchos estereotipos erróneos sobre nosotras mismas y respecto al amor y a la convivencia.

Hoy quiero pensar en Blanca Nieves, esa hija única que tras la muerte de su madre y el casamiento de su padre con una malvada, fue lanzada fuera del palacio, momento a partir del cual comienza una nueva vida para ella lejos de los lujos del reino de su padre y de la protección de él.

En esa aventura, conoce a unos seres, que por su tamaño parecieran ser dependientes y no lo son, terminan protegiéndola ellos a ella porque Blanca Nieves es “tan buena” que raya en lo estúpido. Y, es besada por un hombre que no la conoce y sin su consentimiento y despierta de un sueño cataléptico, para ser elegida por éste como su esposa y ser felices para siempre.

Algunas verdades en nuestro mundo actual que no hacen esquina con la historia de Blanca Nieves:

1. Cuando salgas de la protección de tu hogar, no siempre vas a encontrar otra/s persona/s que te proteja/n. Debes ser despierta, asumir tu vida y ser responsable de tus actos.

2. No debes asumir como bueno y válido al primer hombre que se presente a socorrerte en una adversidad. Los seres más perversos se engrandecen en tus momentos de debilidad y se muestran magnánimos.

3. No aceptes que tu cuerpo sea tocado, de la forma que fuere, por un desconocido, y si ha pasado, hazle saber tu inconformidad y su atrevimiento (lo mínimo debe ser fijar posición).

4. No creas que porque eres bella, mereces un castillo y un príncipe de esposo. Muchas mujeres bellas viven vidas ordinarias y hasta miserables, o sea, ser bella no es una llave mágica a la buena vida. Ni toda buena vida sienta bien. A veces nos toca tomar decisiones en este sentido, reflexionar sobre qué deseamos Vs. qué nos conviene, y ésta conveniencia no es monetaria, sino de bienestar personal, espiritual, anímico, etc.

5. Ser buena y/o ingenua no es sinónimo de ser estúpida. Se debe razonar y ser precavida en la vida, en especial si ya otros/as nos están advirtiendo de los peligros que hay en los caminos de la vida. Si ya otros se han quemado con el fuego ¿por qué debemos nosotros/as de entrar las manos a la llamarada para saber que quema?

6. La felicidad no se decreta, es algo que se construye día a día con actos de amor, entrega y paciencia. Habrán días tristes, otros entre dos o so-so, y lo importante será seguir siendo la misma pareja pese a esos días, que cuando pase el vendaval la relación esté fortalecida y no debilitada. Reconfigurar la historia de Blanca Nieves nos invita, mujeres, a producir para pagar nuestro techo y alimento, a plantarle cara al acoso y la violación sexual y a elegir -sin coerción- con quién deseamos compartir la vida.

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