Jesús Antonio Fernández
Las armas nucleares han vuelto, bueno, nunca se fueron y siempre estuvieron ahí, como una amenaza a la seguridad del ser humano de manera constante.
El fantasma de la guerra nuclear continúa estando en el mismo sitio. La OTAN prepara acciones militares para sus dos rivales sistémicos: Rusia y China. Lo que sucede es que su narrativa ha cambiado con respecto a los años 60, donde existía la antigua guerra fría. No obstante, estamos inmersos en otra nueva guerra mas soterrada pero que ahí está y no podemos obviar.
Sin embargo, la OTAN se nombra a sí misma como una «Fuerza de Paz», pero ha producido guerras y devastado países así como producido armas y vendido a estados criminales.
Por otro lado, el presupuesto de armas de Rusia es el 7% de la OTAN. El incremento de gastos en armas de los miembros de OTAN y su avance militar se mantiene en una especie de secreto, podríamos decir. La seguridad de todos en el mundo depende, no obstante, de nuestra capacidad de desarme, de nuestra diplomacia, inteligencia y llegar a acuerdos cooperativos, sin armas de por medio.
Esta es nuestra garantía mayor de supervivencia.