«México debe jugar fuerte y desafiar a Trump»

Víctor Flores García

CIUDAD DE MÉXICO.- México debe subir la apuesta y jugar fuerte contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cesar por ejemplo la comunicación con sus agentes o expulsarlos, incluso abrir sus fronteras a la libre migración centroamericana, dijo el excanciller Jorge Castañeda.

Poco antes de viajar a Phoenix, estado de Arizona, y a Sacramento, California, como experto invitado por una misión del Senado mexicano, a reunirse con migrantes ilegales y sus defensores, Castañeda afirmó que su batería de recomendaciones escalonadas «implica riesgos, pero no se comparan con el peligro de una diplomacia sin confrontación», elegida por el presidente Enrique Peña Nieto.

El exjefe de la diplomacia mexicana en el Gobierno de Vicente Fox (2000-2006) señaló que México, como aliado estratégico de EEUU, dispone de medidas eficaces contra el poderío de su vecino: «primero, puede comenzar por suspender la comunicación con los agentes antidrogas, militares y de seguridad de EEUU en México, no les tomaremos las llamadas».

Segundo, enumeró, «podemos expulsar a la mitad de un centenar de agentes de la Agencia Antidrogas de EEUU (DEA, en inglés); y si eso no funciona, podemos dejar que decenas de miles de niños migrantes centroamericanos y caribeños, que quieren reunirse con sus padres en EEUU y han sido detenidos desde 2014 por México, crucen libremente nuestro territorio, si ya no hay razón para seguirlo haciendo».

El autor del libro ‘Mañana o pasado, el misterio de los mexicanos’ explicó que «el arsenal de México para que Trump comprenda el papel de aliado que hemos jugado por décadas» se compone de medidas que él ha propuesto y que «tienen riesgos».

«Las acciones que están en el ámbito de la soberanía de México no están desprovistas de peligros o problemas, pero son costos menores comparados con no hacer nada ante los ataques y continuar buscando una salida tersa» dijo Castañeda, profesor de la Universidad de Nueva York, autor de decenas de libros sobre la izquierda latinoamericana, entre ellos una biografía de Ernesto ‘Che’ Guevara y ‘La utopía desarmada’.

El actual canciller mexicano Luis Videgaray ya adelantó que una estrategia de retaliaciones «reflejaría el peso de México en la relación bilateral», pero tiene el riesgo de «tornar un modelo de ganar-ganar, en una lógica de perder-perder».

Con esa idea cautelosa, el Gobierno del presidente Peña Nieto continúa intentando convencer a Trump, por ejemplo, de que unos 6 millones de empleos dependen del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Pero no escucha.

Castañeda respondió a esa postura, en entrevista telefónica con Sputnik, enfatizando que «un entendimiento con Trump no puede buscarse aceptando los golpes que lanza sin parar, comenzando con las amenazas abiertas a las empresas que quieren venir o permanecer en México».

Los ataques lanzados desde los primeros días del nuevo Gobierno por el magnate republicano, «están dirigidos a las compañías que han invertido en México durante muchos años, que han fortalecido la integración de Norteamérica».

Pero «las agresiones más inaceptables son las acciones de persecución contra las extensas comunidades fronterizas binacionales».

El peligro de jugar rudo

El político independiente que comenzó su carrera entre los comunistas de París y guerrilleros latinoamericanos, hijo de otro excanciller mexicano artífice de la paz en Centroamérica en los años 1980, acepta: «es innegable que aplicar retaliaciones a EEUU implica asumir respuestas, contratiempos y costos».

Pero a renglón seguido, en una charla vertiginosa antes de abordar su vuelo hacia EEUU, dijo que el presidente Peña Nieto «tiene que comparar los riesgos de no hacer nada, y dejar pasar todas las acciones hostiles e inamistosas del Gobierno de EEUU».

En cuanto a los migrantes, la idea es igualmente explosiva para las autoridades estadounidenses, y es el mensaje que lleva para empoderar a las comunidades de migrantes mexicanos y a las organizaciones e instituciones que los defienden.

La idea surge de una indagación de campo, realizada en diciembre pasado en EEUU: cada persona que es detenida tiene ahora dos opciones, primero acordar el retorno voluntario, evitando ser fichado, aceptar ser llevado a un punto fronterizo más cercano, o escoger la larga ruta del derecho de audiencia, litigar.

En otras palabras la ruta elegida es la batalla legal: «el camino que sugerimos es emprender el riesgo de ser arrestado en un centro de detención y argumentar por qué tienen derecho a permanecer en EEUU».

Para ello, los migrantes deben contar con un masivo apoyo consular y abogados proporcionados por los 50 consulados de México, que acaban de recibir apoyo de 45 millones de dólares para ese fin y ese monto puede aumentar, según la promesa presidencial.

«Propongo que alentemos a nuestros compatriotas a que opten en forma masiva por las vías legales del litigio, en audiencias judiciales, con el objetivo deliberado de no rendirse y saturar el sistema de los tribunales migratorios, hasta hacerlo colapsar», dice Castañeda al revelar uno de los ejes de la estrategia.

Operación Monarca

Por otra parte, en materia comercial, «de nuevo, México debe asumir riesgos, pero comparado con el costo de la redefinición del tratado de libre comercio, es más conveniente renegociarlo versus la opción sencilla de, simplemente, mejorarlo o modernizarlo», como dice el Gobierno mexicano, tratando de evitar la confrontación.

En todo caso, el magnate republicano neoyorquino ya ordenó la renegociación del TLCAN, y si no le favorece tratará de acabar con él.

«Es necesario trabajar un documento maestro que guíe hacia una compleja negociación, para obligar a Trump a que sea sometido a la aprobación de las cámaras del Congreso en EEUU, el Senado de México y el Parlamento de Canadá», explica el reconocido autor.

Ese escenario obligaría al Gobierno estadounidense a buscar la aprobación de dos tercios de los cuerpos legislativos de los tres países de Norteamérica y las instancias internacionales como la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Si no se puede mejorar el acuerdo con temas que hace 25 años no existían, como el comercio electrónico, las telecomunicaciones y la apertura energética, «ese largo camino, se tiene que emprender, teniendo en mente lo doloroso que fue iniciar esa ruta hace 25 años que no le conviene al Gobierno de EEUU», recuerda.

En el plano internacional, «para México hay pocos grandes aliados de peso que puedan emprender acciones a su favor», advierte Castañeda con realismo, para diluir las ilusiones que proliferan en la región.

«Los grandes aliados de México están dentro de EEUU», sentencia categórico.

«Son nuestras enormes comunidades hispanas y aliados estadounidenses, los contrapesos al poder presidencial en EEUU, los tribunales, las universidades, los medios de comunicación estadounidenses».

Es la esencia del diseño de plan de lucha, que Castañeda y un puñado de senadores mexicanos lleva en el portafolio de la ‘Operación Monarca», que toma su nombre de la mariposa migrante que cada año cruza Norteamérica desde Canadá.

«Nuestros aliados son todos los que están muy exasperados y las ofensas de Donald Trump en Norteamérica y en el mundo», terminó Castañeda, mientras se escuchaban en el aeropuerto los llamados a embarcar el vuelo.

 

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