Las 6 medidas geopolíticas de EEUU contra Rusia, según Rand Corporation

Bajo la lupa

Alfredo Jalife-Rahme

El reporte, publicado en 2019, sobre cómo contener a Rusia de la RAND, con fuertes nexos con el Pentágono, sigue más vigente que nunca (https://bit.ly/3FeRUet). A fortiori cuando Rusia entabla del 10 al 13 de enero tres trascendentales negociaciones con Estados Unidos, la OTAN y la Seguridad Europea (OSCE, por sus siglas en inglés; https://bit.ly/33n9WxW).

RAND aborda en nueve capítulos su contención: desde las medidas económicas –obstaculizar las exportaciones de petróleo, reducir las exportaciones de gas natural y obstruir las expansiones de gasoductos, imponer sanciones y atraer la fuga de cerebros–, pasando por medidas de propaganda e ideologización, hasta medidas marítimas y aeroespaciales, además del incremento de las fuerzas terrestres de Estados Unidos y la OTAN en Europa, al unísono del retiro del Tratado de las Fuerzas Intermedias Nucleares en Europa (INF, por sus siglas en inglés).

En su capitulo 4, resaltan sus seis medidas geopolíticas: 1) proveer ayuda letal (sic) a Ucrania, que va viento en popa, lo cual orilló a la reacción y colocación de las líneas rojas de Rusia; 2) incrementar el apoyo a los rebeldes sirios: esto fracasó y hoy es Turquía quien tomó el relevo de Estados Unidos en la región de Idlib; 3) promover el cambio de régimen en Bielorrusia: Estados Unidos y sus aliados lo intentaron, pero fracasaron; 4) explotar las tensiones en el Cáucaso-Sur. Esto es de nunca acabar debido al mosaico etnoteológico de la región; 5) reducir la influencia rusa en Asia Central. La debacle de Estados Unidos en Afganistán fue un punto en su contra que benefició a China, más que a Rusia, mientras que la revuelta en Kazajistán significó la doble derrota de Estados Unidos y Gran Bretaña, el triunfo de Rusia y luego de China (https://bit.ly/3tonfcB), y 6) Desafiar la presencia rusa en Moldavia. Esto es de doble filo, ya que Rusia reanudó su añeja conectividad con sus anteriores aliados en los Balcanes, lo cual afecta más a Europa que a Estados Unidos.

El reporte inicia con el apotegma de que Rusia nunca es tan fuerte ni tan débil como aparenta. RAND se jacta de que las sanciones económicas han contribuido aún más al declive económico de Rusia, lo cual es cierto si se basa en su enorme extensión territorial y en su magro número de habitantes, pero es incorrecto en términos geoeconómicos, ya que Rusia ostenta un PIB (medido por el poder adquisitivo) prácticamente empatado con Alemania, según la CIA (https://bit.ly/3FhXsVE), mientras detenta una de las más bajas deudas externas del mundo. A mi juicio, su real vulnerabilidad es financiera, debido al cerco globalista neoliberal anglosajón.

A nivel económico, llama la atención que RAND no considere en su amplio radar la complementariedad con China que puede estimular el gran potencial de Rusia en todos los rubros.

RAND acepta que pese a sus problemas –¿qué país del mundo no los tiene?– Rusia es un país extraordinariamente poderoso que es un competidor cabal de Estados Unidos en algunos (sic) segmentos clave.

Siempre recordaré cuando el entonces vicepresidente Joe Biden –quien, dígase lo que se diga, lleva casi medio siglo de experiencia en política exterior desde sus inicios en el Senado– comentó, palabras más palabras menos, que la mayor vulnerabilidad de Rusia es su demografía, primordialmente su baja natalidad que, en la fase del poscolapso de la URSS, llegó a ser menor que el disparo de su tasa de mortalidad, lo cual hoy ha conseguido estabilizarse.

RAND no pierde la ocasión para puntualizarlo: las tasas demográficas de largo plazo sugieren que Rusia confronta una crisis demográfica que se vislumbra colocará un estrés creciente en la economía y en el presupuesto estatal en las décadas futuras.

Ha pasado no más de un año del reporte de la RAND y asombra que haya ocultado el predominio militar ruso con sus armas hipersónicas de ensueño, tipo Avangard y Kinzhal, que han sembrado a Estados Unidos en un tercer lugar después de China (el segundo), según el consultor militar ruso Andrei Martyanov (https://bit.ly/3zQtVkY), lo cual aceptan los mismos militares de Estados Unidos en Stratcom (Comando Estratégico).

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