¿Habrá una nueva carrera armamentística entre Rusia y EE UU?

Nikolái Litovkin, RBTH

Mientras EE UU planea incrementar su presupuesto de defensa en 54.000 millones de dólares, los expertos rusos creen que el país eslavo no tiene planes de aumentar sus gastos militares.

Donald Trump anunció recientemente su intención de incrementar el gasto en defensa en 54.000 millones de dólares para modernizar el ejército de EE UU, sobre todo para adquirir nuevos barcos y aviones, así como para fortalecer las rutas marítimas clave en todo el mundo.

Para conseguir ese objetivo EE UU está dispuesto a reducir otros gastos, como el presupuesto de la Secretaría de Estado.

Anteriormente Washington solicitó a los miembros de la OTAN que pagasen las facturas correspondientes y que contribuyeran con el 2% del PIB al presupuesto de la Alianza, tal y como está pactado. En caso de que no fuera así, declaró el secretario de Defensa James Mattis, EE UU “moderará su compromiso con esta alianza”.

Rusia, que pronto comenzará a implementar el programa armamentístico para 2018-2025, no planea en aumentar los gastos militares, más bien al contrario, se barajan posibles recortes. Habrá un gasto del 3% del PIB, en vez del 4% planeado originalmente. Los expertos consideran que este cambio se debe a una evaluación sobre la situación económica del país, así como a la ausencia de una genuina amenaza a la seguridad nacional.

Comienza la Guerra Fría 2.0

Durante la campaña electoral, Donald Trump y otros candidatos republicanos hablaron sobre incrementar los gastos en defensa de EE UU. “La decisión de aumentar el presupuesto era completamente esperada”, explica Serguéi Rógov, director del Instituto de EE UU y Canadá en la Academia Rusa de las Ciencias.

“Cuando a principios de marzo la Administración envió al Congreso la solicitud para el presupuesto se conocerán los detalles del plan. Actualmente se está decidiendo en dónde poner el foco, o bien en la capacidad de combate o en la compra de nuevas tecnologías. Recientemente varios oficiales de las Fuerzas Aéreas de EE UU han declarado que una gran parte de los aviones y de los helicópteros necesitan unas serias reparaciones”, declara Rógov.

Trump quiere invertir 54.000 millones de dólares más, que equivale al presupuesto ruso de fabricación de barcos, la modernización del arsenal nuclear y la creación de sistemas de defensa antimisiles.

“Se pondrá énfasis en la tercera región de defensa de misiles de EE UU, es decir, los sistemas de Nueva York, Alaska y California”, explica Rógov que añade que Rusia y EE UU han vuelto de nuevo a un escenario de guerra fría y están a punto de comenzar una carrera armamentística que podría ser perjudicial para Rusia.

¿Una amenaza para Rusia?

Los expertos consultados creen que, incluso si el Congreso acepta el aumento del presupuesto militar, no sería una amenaza para la seguridad de Rusia. Moscú debería preocuparse solamente si el aumento implica el despliegue de nuevas bases o sistemas de ataque de la OTAN cerca de las fronteras de Rusia.

“Actualmente Rusia no puede permitirse y no debería verse arrastrada a una nueva carrera armamentística y no debería reaccionar al aumento del presupuesto militar por parte de EE UU”, explica Alexéi Arbátov, director del Centro de Seguridad Internacional en el Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales. “El dinero que destinamos a defensa es suficiente y no tenemos planes de establecer nuevas bases en nuestras fronteras. Ya cumplimos con nuestras necesidades militares, incluso más de lo necesario”.

La política de Rusia solo podría cambiar en caso de una guerra inminente y “gracias a Dios estamos lejos de una posibilidad como esa”, concluye Arbátov.

 

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