El FMI y la pobreza

Por: Luis Eduardo Díaz Franjul

Los que piensan que tengo algo en contra de los organismos internacionales de financiamientos están equivocados. Mi diferencia con ellos estriba en la interpretación de la semántica aplicada a las ciencias sociales. He dicho antes que estoy de acuerdo con el financiamiento internacional para combatir la desigualdad en términos absolutos partiendo de la creación de riqueza material.

Esto lo he explicado en diversos artículos tales como «Mi sincera respuesta al Banco Mundial», «Ministerio de la pobreza», «Financiamiento y Desigualdad», «Esperanza de vida de los taínos», «El Banco Mundial y la pobreza», «La ventana indiscreta de la pobreza», entre otros que les anteceden, donde el punto de partida es el artículo «PIB 2.0 – Pacto por la productividad» (abril 2014) y/o «Teoría de la Desigualdad».

Ya que estamos hablando de semántica refiero al lector el artículo «Déficit de lectura comprensiva» del economista Andy Dauhajre (El Caribe, 21/8/17). No voy a entrar en detalles sobre su contenido pues no conozco a fondo o el fondo de lo relacionado con Punta Catalina. Pero me gustó la idea de la semántica que se podría interpretar en la lectura del preámbulo del artículo del señor Dauhajre. Cito: «Uno de los déficits más alarmantes que exhibe República Dominicana es el que arrastramos en lectura comprensiva: personas que leen, pero no comprenden. No emana únicamente, como podría comprobarse, en los grados educativos de secundaria y primaria. Es notorio también a nivel de egresados de nuestras universidades e incluso, de universidades extranjeras».

Hace un tiempo publiqué en los medios digitales el artículo «Semántica económica». Aprovecho la oportunidad para dedicar este artículo al FMI y otros organismos internacionales de financiamiento para fortalecer un mayor entendimiento entre la semántica y la economía. La idea es abundar sobre la interpretación de la semántica en las ciencias sociales, con el debido respeto de las opiniones contrarias o divergentes tan pronto se tenga conciencia de la semántica de lo tratado. Mi intención con esta introducción en cierto modo tiene que ver con la «lectura comprensiva» a la hora de interpretar todo aquello que se publica en los medios, o lo que es objeto de nuestro interés, sobre todo lo que se expone ante el público, como es el caso de los artículos que desde 2012 a la fecha he estado publicando en los medios digitales del país.

El punto de partida de hoy es el reportaje del periódico El Día de fecha 23/8/17 titulado «El FMI elogia el desempeño de la economía dominicana», donde se puede notar que el FMI interpreta un desempeño económico reflejado en la reducción del desempleo, la pobreza y la desigualdad. De eso he venido hablando desde el año 2014 pero desde la óptica del «PIB 2.0 – Pacto por la Productividad» que plantea la creación de riqueza material para combatir la desigualdad (desempleo y pobreza) en términos absolutos. Cuando hablo de riqueza material me refiero a bienes, servicios y obras de infraestructuras públicas y privadas relacionadas con una productividad involucrada con la constante creación de riqueza material. No planteo el desarrollo de los países pobres en función del crecimiento de la economía por tratarse de algo sujeto a diversas interpretaciones o criterios sectoriales. Planteo la «igualdad económica» resultante del crecimiento económico para darle un sentido humano a ese crecimiento reduciendo la desigualdad en términos absolutos.

Para hilvanar las cosas el desempeño económico que alude el FMI en esta ocasión es cosa propia del FMI, como se lee a continuación. Cito: «Este buen desempeño se apoya en un sistema bancario fuerte y políticas macro económicas estables, que contribuyen a reducir el desempleo, la pobreza y la desigualdad», cierro la cita. Puedo entender la relación entre sistema bancario (público-privado) y las políticas macro económicas, que en este caso serían relativas y no estables ni equilibradas a mi modo de ver, si tomamos en cuenta que en el mundo no hay nada estable ni en equilibrio, solo la Tierra como planeta en que vivimos, y el resto del Universo a pesar de sus fenómenos y misterios.

Además de los aspectos de carácter interno como los arriba señalados (sistema bancario y políticas macro económicas) el FMI también supedita el crecimiento de la República Dominicana a la oscilación aspectos externos, como por ejemplo el choque positivo de ofertas asociadas a los bajos precios del petróleo y la recuperación de los Estados Unidos como principal socio comercial del país. El FMI también hace mención  de la inversión pública y privada pero sin especificar montos con tal de comparar la magnitud de la inversión en cada caso. Según el periódico El Día el FMI precisó que el alto crecimiento estuvo acompañado de una inflación por debajo de la meta establecida por el Banco Central al tiempo que se fortalecieron los fundamentos macro económicos a través de menores déficits fiscales y de Cuenta Corriente.

No voy a discutir o entrar en detalles sobre el informe del FMI al igual que el de otros organismos internacionales para no dar la sensación de que estoy sentado en un dron que sobrevuela el firmamento de las economías de los países pobres o en vías de desarrollo, con el único propósito de tener una idea de lo que sucede o podría suceder para luego regresar a casa. Se da el caso de que el FMI y otros organismos internacionales al parecer solo ven estas economías desde la mesa de negociación con el sector público, única y exclusivamente, dejando fuera de esa mesa un sector privado o represenante de los sectores productivos de valor agregado, es decir sectores responsables del crecimiento económico mediante la creación de riqueza material partiendo de sus propias entrañas, conjuntamente con el sector informal.

Desde el punto de vista económico el FMI y otros organismos internacionales le ponen más atención al sector público de los países pobres o en vías de desarrollo, sector que no calcula la riqueza material partiendo de sus propias entrañas por el hecho de ignorar el PIB Estatal como punto de partida, contrario a como han demostrado los sectores productivos de valor agregado como responsables de la riqueza líquida del sector público (impuestos) conocida como «Presupuesto General de la Nación». Esta riqueza líquida que parte de las propias entrañas de los sectores productivos de valor agregado y de la ciudadanía en general (impuestos indirectos) tiene como rémora un atractivo regalo envuelto en papel de celofán llamado «empréstitos y donaciones internacionales, bonos soberanos y globales», lo que se conoce también como «Deuda Pública», cuyo capital e interés es pagado por el «Presupuesto General de la Nación», en este caso la riqueza líquida que producen los sectores productivos de valor agregado y la ciudadanía en general.

No hay dudas de que hay que involucrar al Estado como sector productivo de la economía. Ya se conoce el PIB del sector privado formal. Faltaría el PIB Estatal y el «PIB del Sector Informal de la República Dominicana» como tareas pendientes del Banco Central ya que ha sido tarea fácil calcular el PIB del sector privado de parte de esta institución, lo que se convierte en una aberración económica a falta de los cálculos de la riqueza material concentrada en el sector público y la economía informal. Logrado esto el Estado tendría que comportarse como sector económico como otro cualquiera que lo comprometa con la formalidad de la economía luego de la firma del «Pacto por la Productividad» con el sector privado para potenciar el bienestar nacional. Es la manera de interpretar un «PIB Terrenal» y no  «PIB Interplanetario» que intenta definir el comportamiento económico del Universo, de lo contrario se pone en riesgo la estabilidad económica y social de la República Dominicana y el resto de países pobres o en vías de desarrollo.

El diagnóstico de la economía de los países pobres o en vías de desarrollo, visto desde las alturas del FMI y otros organismos internacionales, tiene mucha similitud con el diagnóstico o evolución del paciente luego de los resultados de laboratorios clínicos convencionales y centros especializados, donde muchas veces estos resultados no sintonizan con las secuelas o el estado físico o emocional del paciente; y ni hablar de las «indelicadezas» que se observan en la práctica médica. La ciencia en general está consciente del método «trial and error» (ensayo y error) en la búsqueda de nuevos descubrimientos o o solución a interrogantes de la medicina con tal de «dar en el clavo» ante una problemática científica que necesita solución.

Sin embargo los diagnósticos o pronósticos económicos del FMI y otros organismos internacionales al parecer nunca fallan porque convierten al «trial and error» de la ciencia económica en un juego de palabras como medicina perfecta donde todo encaja. Cuando no entonces hay que llegar a un acuerdo con el país deudor después de algunas advertencias reales, mediáticas o ficticias para dar tiempo a que la casa se ponga en orden (sector público), no un sector privado responsable de la riqueza material de las naciones pobres o en vías de desarrollo, sector que nunca es tomado en cuenta a la hora de pagar los platos rotos del desorden económico. No lo digo yo, lo dijo el Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP) en una ocasión. Cito la prensa: «El CONEP considera al Estado como perenne creador de nuevos organismos estatales, empleos públicos, programas de asistencia social y subsidios; barajador del presupuesto nacional, responsable del crecimiento exponencial del endeudamiento público, concentrador del crédito en actividades de consumo y responsable del 65% del empleo informal en la República Dominicana». Es tiempo de que el FMI y otros organismos internacionales se sienten en la mesa junto con el sector privado.

Hoy día el dron volador está de moda teniendo al internet como complemento para observar el mundo desde las alturas o desde un escritorio o celular (google earth, gps, etc.), superando así la tecnología del silencioso avión U2 derribado por la antigua URSS en 1962 mientras sobrevolaba territorio ruso en labores de espionaje. Hoy no se trata de eso, de espionaje, sino de un entorno o firmamento que sobrevuela el FMI y otros organismos internacionales para observar las economías de los países pobres desde esas alturas o desde el balcón del sector público, interpretando así la fotografía particular de un entorno sujeto a muchas interpretaciones y realidades dispersas. No hay dudas de que las explicaciones del FMI y otros organismos internacionales tienen mucha lógica, para ser consecuentes con la semántica que implica la «lectura comprensiva», dependiendo como cada cual la asimile o interprete. Por tanto mis diferencias con el FMI y otros organismos internacionales se circunscribe a la interpretación de la semántica en las ciencias sociales.

 

eduardofranjul@yahoo.com

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