Flexible (sic) asociación estratégica del zar Putin y del mandarín Xi: ¡30 (sic) reuniones en ocho años!

Bajo la lupa, Alfredo Jalife-Rahme

A los dos días de la reunión en Alaska entre China y EEUU para intentar suavizar el deterioro de su relación, el canciller ruso, Sergei Lavrov, fue invitado por su homólogo chino, Wang Yi, en la paradisiaca ciudad Guilin –que tuve el gusto de conocer (https://bit.ly/3deli8I)– para evaluar los recientes desarrollos de sus lazos con EEUU.

Global Times titula que La asociación (sic) de China y Rusia es clave para equilibrar la hegemonía de EEUU, cuando promueven los pagos en divisas locales para sustituir al dólar, lo cual es importante para evitar riesgos (https://bit.ly/31umlMo).

Tales lazos han periclitado, pero Lavrov y Wang tuvieron cuidado en definir que su asociación no significa una alianza contra EEUU, sino que toman medidas precautorias ante el flagrante injerencismo de Biden que incita a revoluciones de color y a la desinformación con el fin de derrocar a los regímenes de Pekín y Moscú.

Los ejercicios militares de Rusia y China se basan en el principio del no-alineamiento, la no-confrontación y la no-focalización en un tercer país –con el fin de no indisponer a EEUU ni a la Unión Europea–.

Los dos cancilleres discutieron el acuerdo nuclear con Irán, el proceso de paz en Afganistán, la situación en Myanmar, el tema candente de Siria, el cambio climático y la reforma de la ONU.

El portal chino informa que tras la reunión en Alaska, China tuvo un intercambio de actualización con su aliado de Norcorea que acaba de realizar pruebas misilísticas balísticas para recordar que sigue presente en la escena mundial.

Las inusitadas 30 (sic) reuniones en ocho años entre el zar Vlady Putin y el mandarín Xi Jinping delatan mucho más que una vulgar asociación entre Rusia y China, quienes públicamente no se alinearán ya que ambos necesitan lidiar conjuntamente sus amenazas comunes (sic) mediante una asociación flexible (sic) cuando EEUU ha creado muchos desafíos como las sanciones y la interferencia en asuntos regionales para interrumpir el desarrollo de ambos países, según Global Times.

¿Y el G2 en el espacio para conquistar la Luna entre Rusia y China (https://bit.ly/39lgopi) es flexible asociación estratégica o de plano constituye su alianza en movimiento que no se atreve a pronunciar su nombre?

Impactó el endurecimiento de Lavrov para promover el pago con divisas locales y otras divisas internacionales que puedan sustituir al dólar y alejarse gradualmente (sic) del sistema internacional de pagos controlado por Occidente [el SWIFT con más de 11 mil entidades financieras en más de 200 (sic) países], y así reducir los riesgos de las sanciones de EEUU y Occidente contra Rusia y China. ¿Alguien en su sano juicio en EEUU y en Occidente piensa que van a doblegar a Rusia y China con sus sanciones?

Dong Dengxin, director del Instituto de Seguridad y Finanzas de la Universidad de Wuhan, propone a la divisa china yuan/renminbi como divisa de compensación en el sistema comercial y fustiga que Washington ha abusado del SWIFT para sancionar arbitrariamente a cualquier país a voluntad, lo que ha provocado insatisfacción global, y exhorta a que Rusia y China colaboren para desafiar la hegemonía del dólar.

El intercambio comercial entre Rusia y China es más que raquítico: 10 mil millones de dólares anuales,cuando se prevé que prevalezcan próximamente los servicios, mientras Rusia se ha posicionado como la primera exportadora de productos agrícolas a China.

Es consabida la complementariedad de hidrocarburos de Rusia y China: 40 millones de toneladas de crudo anuales y 4 mil millones de metros cúbicos de gas natural licuado (LNG) por año que transporta el gasoducto ruso a China.

China tiene ya su sistema alternativo al SWIFT: el China International Payments System (CIPS), al que algunos bancos rusos, asfixiados por las sanciones, han empezado a adherirse. Pronto seguirán el 15-RCEP y los países incrustados a las tres rutas de la seda que encabeza China.

Rusia y China ya olieron sangre en el vulnerable dolarcentrismo y su insostenible SWIFT.

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