Los jefes de la Armada de EEUU, la Infantería de la Marina y la Guardia Costera han desarrollado una nueva estrategia para mantener su superioridad en el mar. La iniciativa llega en un contexto de rivalidad constante con China y Rusia, sus principales rivales.
El conjunto de fuerzas navales estadounidenses presentaron un informe titulado Ventaja en el mar: dominio a través de la integración interinstitucional de las fuerzas navales. Se trata de una iniciativa de desarrollo que tiene en cuenta la situación geopolítica y los desafíos a los que se enfrentan los líderes militares estadounidenses.
El documento «contiene recomendaciones estratégicas para lograr el dominio de las fuerzas navales frente a la rivalidad cotidiana, en situaciones de crisis y en caso de conflicto en la década que viene», señalan el comandante en jefe de la Marina de EEUU, el almirante Michael Gilday; el comandante de la Infantería de la Marina, el general David Berger, y el jefe de la Guardia Costera, el almirante Karl Schultz.
La oposición a Rusia y a China
Los autores del informe explican que desde la publicación de la estrategia similar de 2015, la situación mundial ha cambiado significativamente.
«Varios Estados están cuestionando el equilibrio de poder existente en regiones clave y están tratando de socavar el orden mundial existente», señalan los altos rangos militares estadounidenses.
En la nueva estrategia se presta especial atención a China y a Rusia, países cuyas fuerzas navales muestran «una creciente actividad», y a su «deseo manifiesto de dominar aguas internacionales claves y un claro deseo de remodelar el orden mundial a su favor».
«Nuestras fuerzas navales interactúan a diario con buques de guerra y aviones chinos y rusos en todo el mundo. Somos testigos directos de su creciente excelencia y creciente agresividad», afirman Gilday, Berger y Schultz, detallando que China representa la amenaza estratégica «más urgente y de largo plazo».
El tema de los recursos naturales también se plantea varias veces en el documento, teniendo en cuenta las disputas internacionales sobre los derechos de exploración y desarrollo de depósitos minerales en alta mar, ya sea en el Ártico o en el Mediterráneo oriental.
Según los líderes militares estadounidenses, «los intentos de China y Rusia de extender el control sobre los recursos marinos naturales y limitar el acceso a los océanos tienen consecuencias negativas para todos los Estados».
Medidas contra las amenazas al dominio estadounidense
Para contrarrestar a China y a Rusia, los autores del documento aconsejan a EEUU que «mantenga un entorno marítimo global estable y seguro, libre, abierto y propicio para la prosperidad económica a través del tránsito, el comercio y la búsqueda legal de recursos naturales». En sus palabras, EEUU necesita «proteger a los aliados» de lo que consideran una «agresión», así como «ayudar a los socios a resistir el uso de la fuerza y el sabotaje».
El programa Battle Force 2045, a su vez, podría brindar una respuesta adecuada a las amenazas presentes. El proyecto, presentado a principios de octubre, implica un aumento en el número de barcos de la Armada de EEUU hasta más de 500 unidades.
En diciembre, la Marina de EEUU envió al Congreso su plan de construcción naval para el período entre 2022 y 2051 con cifras similares. En particular, en el período de 2022 a 2030, los marineros navales están ofreciendo comprar 130 barcos, incluido un portaviones con una planta de energía nuclear.
Para el 2045, se planea tener 546 barcos en servicio, incluidos los no tripulados. Como señaló el subsecretario de Defensa de EEUU, David Norkvist, en un comunicado de prensa, el país necesita «acelerar la construcción de submarinos, modernizar los portaviones, extender la vida útil de los cruceros y aumentar el número de destructores».
Un gasto colosal para el presupuesto
Dichos planes costarán mucho a los contribuyentes estadounidenses, si bien tanto la nueva Administración estadounidense como los legisladores serán extremadamente cuidadosos a la hora de estudiarlos, pues requieren un gasto presupuestario colosal.
Al mismo tiempo, los expertos están convencidos de que sin estos gastos, EEUU no podrá brindar el nivel requerido de seguridad y protección. Por ejemplo, Brent Sadler, miembro principal de la fundación Heritage Foundation, señala que «los legisladores que piensan que pueden utilizar los recortes de defensa para financiar nuevas compensaciones o pagar deudas se están engañando a sí mismos«.
Está seguro de que con el gasto insuficiente para equipar al Ejército y la Marina de EEUU es imposible lograr un nivel adecuado de capacidad defensiva.