El presidente de Irán y Putin marcan sus líneas rojas en Siria

Vladímir Mijéiev, RBTH

La visita del presidente de Irán, Hasán Rohaní, a Moscú estuvo marcada por el acercamiento bilateral entre ambos países. Pero sería extraño si la solución política al conflicto en Siria, tan deseada y tan buscada por el Kremlin, no dominase las negociaciones.

El presidente iraní, Hasán Rohaní, pasa revista a los guardias de honor durante la ceremonia de su bienvenida en el aeropuerto Vnúkovo de Moscú. Fuente: Reuters

La gran cantidad de acuerdos y memorándums de entendimiento firmados durante la visita del presidente iraní Hasán Rohaní, que llegó a Rusia acompañado por los empresarios de alto nivel, ayudó a los dos países a estrechar la cooperación en diferentes ámbitos.

Ambos, maltratados por Occidente que utiliza la “guerra de sanciones” y la política de contención, han ampliado la colaboración entre sí para evitar que la guerra civil in Siria provocada artificialmente y financiada por un grupo de actores de esta región provoque un “cambio de régimen” para el deleite de su autor, el teórico neoconservador, Robert Kagan.

Sin embargo, Moscú y Teherán tienen diferentes puntos de vista sobre el camino que debe seguir Siria, y esto complica la situación.

El trío: Erdogán, Netanyahu, Rohaní

Parece que la solución a la difícil situación que Siria vive desde hace seis años está a la vuelta de la esquina. Las fuerzas regionales están involucradas en las ajetreadas actividades diplomáticas para defender sus propios intereses.

La visita del pragmático político iraní ha tenido lugar justo después de otros dos negociaciones cruciales que mantuvieron en Moscú el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Tres visitas seguidas confirman el hecho de que las claves para la solución final del conflicto en Siria están en Moscú.

Mientras el Kremlin parece haber llegado a un acuerdo tácito con Erdogán. Moscú ha suavizado el tono de su apoyo a los kurdos sirios, calmar la ansiedad de Israel sobre la presencia de las fuerzas y luchadores iraníes en Siria fue una tarea mucho más complicada.

Sin embargo, más tarde Neyanyahu trató de disipar los miedos de sus compatriotas: “Es simplemente incorrecto decir que los rusos están cambiando su política con respecto a nosotros”. Pero la inquietud persiste en Israel.

En manos de Teherán

Sin duda Moscú está bajo presión por parte de Israel e Irán por el estado actual y la futura presencia de los luchadores de Hezbollah y de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica en Siria, según el profesor Grigori Kosach del departamento de la Historia moderna de Oriente de la Universidad Rusa de Humanidades. No obstante, el experto advierte sobre grandes preocupaciones y posibles desacuerdos entre Moscú y Teherán.

“Sin duda las cuestiones relacionadas con el restablecimiento de la vida interior en Siria después de la guerra estaban en el foco de atención. A mí no me sorprendería que Moscú y Teherán no se pusieran de acuerdo con respecto a quién debe ser el sucesor de Bashar al-Asad. Moscú parte de una posición más débil ya que solo cuenta con Asad, mientras que Teherán ya tiene a su disposición a los altos cargos militares y ejecutivos, y lo más probable es que tenga un grupo de candidatos que podrían defender mejor sus intereses. Moscú no tiene a nadie por quién apostar, salvo Asad. Es Teherán el que decidirá todo”.

¿No estamos exagerando el éxito de la operación militar rusa que prestó su apoyo al régimen de Asad y su compromiso diplomático con algunos grupos de la oposición?

“Recientemente el ministro de Reconciliación Nacional de Siria, Ali Haudar, fue citado por los medios estadounidenses diciendo que la influencia de Rusia fue limitada. Al contrario, Irán será uno de los países que determinará la agenda de Siria después de la guerra”.

¿Quiere decir que Moscú ha perdido la confianza apoyando a Asad y negándose a buscar una alternativa?

“Sí, es lo que pienso. Moscú tiene posibilidades limitadas para una maniobra. Si Asad es destituido, esto puede convertirse para Rusia en el mismo fiasco que vivió la Unión Soviética en Egipto, cuando el presidente Anwar el-Sdat rompió todos los acuerdos con la URSS y expulsó a todos los consejeros soviéticos de la noche a la mañana. Tengo la sensación de un déjà vu: parece que Rusia está cometiendo el mismo error que cometió la URSS”.

Demasiado pronto para desechar a Moscú

La visión bastante crítica expuesta por el profesor Kosach sobre el nivel de influencia de Moscú en la resolución de la guerra siria no coincide con la opinión de la investigadora senior y experta en Irán del Instituto de Estudios Orientales de la Academia de Ciencias Rusa, Irina Fiódorova, que afirma que la influencia de Irán en el restablecimiento de un país debilitado y, en cierto sentido, enfermo, también es muy limitada.

“Hay muchos actores involucrados en este juego que defienden intereses diferentes. Irán no podría mantener la paz en Siria sin Rusia”, afirma la experta.

Pero, esto no permite automáticamente a Moscú persuadir a Teherán para que contenga el miedo a su archienemigo Israel, ¿verdad?

Moscú no puede forzar a Irán a retirar a los luchadores de Hezbollah y los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica. Para Irán, es la línea roja que no se puede cruzar fácilmente.

Pero para Rusia, el empeoramiento en las relaciones con Israel puede ser también muy perjudicial a largo plazo. Y esta es la otra línea roja, dibujada por Moscú. Sin embargo, la experta Fiódorova se muestra optimista.

“Todo es negociable. Al final, Irán se enfrenta a una gran cantidad de países enemigos a su alrededor, incluida Arabia Saudí, su rival desde hace siglos Turquía, Israel. La actual retórica de guerra que llega desde Washington aleja a Irán de EE UU también. En estas circunstancias Irán es consciente de que tiene que buscar aliados o, por lo menos, socios de fiar, y Rusia en este caso es la elección más probable”, afirma la experta.

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