El peligro de las torres abandonadas en el Malecón

Por María Hernández

Sin importar el peligro que representan, los propietarios de dos grandes torres ubicadas frente a la Plaza Güibia, en la avenida George Washington, en el Malecón de Santo Domingo han dejado, por años, abandonadas las dos grandes edificaciones poniendo en riesgo otros hoteles y residencias que circundan la zona, y la de los transeúntes y conductores que a diario se desplazan por la importante vía de la capital.

La alcaldía del Distrito Nacional cuenta con una ley que le da autoridad para intervenir esas obras en caso de que los propietarios no accedan a terminar o a destruir esas infraestructuras que ya incluso presenta oxidación en las varillas de las columnas que soportan esos edificios.

La Ley No.176-07 del Distrito Nacional y los Municipios en su Capítulo 1, artículo 1 faculta a la alcaldía para actuar cuando dice que dicha ley “tiene por objeto, normar la organización, competencia, funciones y recursos de los ayuntamientos de los municipios y del Distrito Nacional, asegurándoles que pueden ejercer, dentro del marco de la autonomía que los caracteriza, las competencias, atribuciones y los servicios que les son inherentes; promover el desarrollo y la integración de su territorio, el mejoramiento sociocultural de sus habitantes y la participación efectiva de las comunidades en el manejo de los asuntos públicos locales, a los fines de obtener como resultado mejorar la calidad de vida, preservando el medio ambiente, los patrimonios históricos y culturales, así como la protección de los espacios de dominio público”, indica la ley.

La Asociación de Hoteles de Santo Domingo ha sugerido en diferentes oportunidades la demolición de las dos grandes torres que han quedado rezagadas en el tiempo y a la que el salitre del mar le ha comenzado a dejar sus huellas, dando la impresión de que la principal zona de atractivo turístico que tiene ese entorno se encuentra en total abandono.

No se tiene conocimiento del por qué se paralizó la edificación, pero es momento de actuar y de mover todas las herramientas legales que posee la alcaldía para que se inicie de inmediato la reconstrucción de la obra si se puede o su total demolición que dé paso a nuevas y modernas edificaciones.

La situación es tan grave que en la parte de abajo de ambos edificios se encuentra llena de basura y escombros donde se reúnen grupos de indigentes y delincuentes que alejan a los que visitan el área y a otros que quieran invertir en el lugar.

Otra obra abandonada está localizada en la avenida 27 de Febrero con 30 de marzo, frente al elevado que pasa por esa zona. También en la Bernardo Correa y Cidrón con calle Ing. Huáscar Tejada. En este último edificio que cuenta con casi 20 plantas, los dueños no han aparecido en años y la persona que cuidaba la obra se ha quedado a vivir en ella hasta que se presenten los propietarios, según denuncias de los vecinos a la construcción.

Las autoridades del ayuntamiento deben mantener una vigilancia constante en solares y viviendas que han sido abandonados por sus propietarios y de no presentarse a regularizar la situación declararlos como patrimonios públicos y rescatarlos para bien de los munícipes y de  todo el entorno que los rodea.

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