El fin de la Doctrina Carter: «es tiempo de que EEUU se retire de Oriente Próximo»

 

El 23 de enero de 1980, el entonces presidente de EEUU Jimmy Carter adoptó una política que aseguraba que EEUU usaría todos los medios necesarios, incluida la fuerza militar, para defender sus «intereses vitales en el golfo Pérsico», es decir, los suministros petroleros. ¿Es esto viable hoy en día?

Esa doctrina ha marcado la política exterior de EEUU desde entonces hasta nuestros días, explica Daniel Davis, exmilitar con 21 años de servicio y columnista de National Interest. Sin embargo, las condiciones geopolíticas y energéticas han cambiado considerablemente, por lo que EEUU debería abandonar este enfoque, opina el experto.

La Doctrina Carter

«Nuestra posición es clara: un intento de una fuerza externa de hacerse con el control en el golfo Pérsico será considerado como un asalto contra los intereses vitales de Estados Unidos de América, y tal asalto será repelido por cualquier medio necesario, incluida la fuerza militar».

Así, en pocas palabras, Zbigniew Brzezinski, asesor de Seguridad Nacional del entonces presidente de EEUU, explicaba la idea clave detrás de la Doctrina Carter.

Esta política fue una respuesta a la presencia militar soviética en Afganistán y los temores de que la URSS podría cortar los suministros de hidrocarburos por el golfo Pérsico y el océano Índico, vitales para EEUU en aquel entonces.

En 1979, en Irán el sha Mohammad Reza Pahlaví —restaurado en el poder con el apoyo de la CIA 26 años antes— había sido derrocado como consecuencia de la Revolución islámica iraní, lo que generó una crisis energética que, también, amenazó los intereses energéticos de EEUU en Oriente Próximo.

Ronald Reagan, sucesor de Jimmy Carter en la Casa Blanca, extendió la Doctrina Carter y proclamó la intervención de EEUU para proteger a Arabia Saudí, argumentando que la seguridad del país árabe se vio amenazada durante la guerra Irán-Irak (1980-1988). Esto, según algunos expertos, fue uno de los precedentes para la Operación Tormenta del Desierto, la invasión internacional liderada por EEUU en Irak, y operaciones similares en la región.

Una doctrina desactualizada

«Casi 40 años después, la Doctrina Carter continúa dominando la política exterior de EEUU en Oriente Próximo —explica Daniel Davis—. Sin embargo, las condiciones que existían en ese entonces han cambiado dramáticamente».

El columnista considera, citando la opinión de otros expertos en el tema, que es hora de que EEUU revise su política en esa región.

Entre otras cosas, el experto argumenta que aunque es verdad que un porcentaje considerable del petróleo importado a EEUU en los ochenta provenía de Oriente Próximo, actualmente tan solo el 16% del crudo importado por Norteamérica proviene del golfo Pérsico, del cual, el 11% lo proporciona únicamente Arabia Saudí. Hoy en día, el mayor exportador de crudo a EEUU es Canadá, con un 40%.

Además, desde 2008, EEUU ha vivido un boom de producción petrolera propia que ha disminuido la necesidad de crudo importado. Aunque EEUU continúa importando 4,7 millones de barriles de petróleo al día, y existe la necesidad de proteger estos suministros, la región de Oriente Próximo y Medio Oriente ya es vital para otra potencia —China—.

China y su sed petrolera

«La sed de China por petróleo crece rápidamente. Ese país actualmente importa siete millones de barriles de crudo al día (de los 12 que consume) y la gran mayoría proviene del golfo Pérsico. (…) las importaciones de Pekín desde el golfo se podrían quintuplicar para 2030», explica el experto.

Sin embargo, —continúa—, «¿debería EEUU continuar gastando una gran parte de su presupuesto de seguridad nacional en mantener el petróleo del golfo Pérsico fluyendo para beneficio de China? (…) ¿Es el continuo interés [por Oriente Próximo] proporcional a la perpetuación, inalterada, de la Doctrina Carter?».

La respuesta de Daniel Davis es contundente: «no», dado que «el petróleo de esa región continúa siendo de interés para EEUU, pero ya no es de interés vital para el país» sino para otras naciones, incluidas la monarquías petroleras, enormemente dependientes de seguir exportando su recurso más valioso.

«Una revisión de la Doctrina Carter está a la orden del día. Las políticas de EEUU deben corresponder con la realidad y las prioridades vigentes», concluye el autor.

Fuente: RT

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