EEUU cada vez más impotente ante Rusia, China e Irán

Javier Benítez

Más sanciones contra el sector energético ruso, con especial énfasis en el proyecto Nord Stream 2. Lo prometió el secretario de Energía de EEUU, Rick Perry, tras reunirse con su homólogo de Rusia, Alexandr Nóvak. Perry achacó las medidas a ‘actividades de Moscú que requieren sanciones’, sin explicar cuáles son. También hay más sanciones para Irán.

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A EEUU sólo lo quedan balas de fogueo para disparar contra sus ‘enemigos’, o en el caso de Rusia, como dijo su presidente, Donald Trump, competidores. Así lo demuestran cada vez más las medidas que toma el país norteamericano, incapaz de frenar la hemorragia en su economía y en su ascendencia en la geopolítica global.

Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas, dice la vieja máxima. A esta altura, las sanciones en ráfaga que dispara la Casa Blanca ya tienen autonomía de vuelo. No obstante, Perry mostró su ‘optimismo’ en que Rusia experimente un ‘cambio de conducta’ que permita a ambos países avanzar. De nuevo: no aclaró en qué o hacia dónde avanzar, ni a qué conducta se refería.

Estas palabras del funcionario norteamericano vuelven a sorprender a Rusia. «Estamos preocupados tanto por la postura, como por las declaraciones que se hacen sobre la posible imposición de sanciones contra un proyecto absolutamente competitivo en el que están interesados los consumidores europeos», expresó su homólogo ruso Nóvak, al incidir en que ese método de trasvase de gas es el más seguro para cubrir la demanda de cresta en Europa.

El analista político Mariano Ciafardini opina que «es evidente que la política exterior de EEUU es cada vez más errática y más incoherente. Está faltando una lógica dentro de la cual se pueda analizar estos distintos espasmos que tiene el Gobierno norteamericano».

«En primer lugar [EEUU] se está metiendo en un cuestión que le es totalmente ajena, porque la provisión de energía de Rusia a Europa es algo natural, por la proximidad, porque ya se viene haciendo así desde hace años, porque hay lazos establecidos, y porque el gasoducto Nord Stream 2 es un avance tecnológico importantísimo para Rusia y para todos los países europeos que se benefician con eso», observa el analista.

Para Ciafardini es evidente que todo esto es es parte de una cantidad de presiones que ejerce el Gobierno de Trump, de manotazos, producto de las tensiones y contradicciones intestinas en el poder en EEUU. Algo que se agudiza, según el experto, con la proximidad de las elecciones. «Porque pretender que Europa se abastezca de gas norteamericano, es ir contra la realidad de la geografía misma», señala el profesor.

«El problema que tiene EEUU es que no encuentra una salida económica eficaz [a sus problemas] porque ha externalizado la mayor parte de su producción industrial y la ha llevado principalmente a China […] y Trump está intentando volver cosas para atrás que son imposibles de volver», señala Ciafardini.

En la rueda de prensa de Perry y Nóvak no podían faltar los disparos norteamericanos contra Irán. Consultado por qué Washington acusa reiteradamente a Rusia de usar sus recursos energéticos con objetivos políticos y, al mismo tiempo, intentar reducir los beneficios que Irán obtiene de la venta de petróleo para forzar un cambio político en el país persa, Perry respondió como un justiciero nocturno, con un alto sentimiento de moralidad intachable:

«EEUU está ahora mismo en posición de enviar un mensaje a aquellos países que no se comporten civilizadamente: que habrá represalias. Hay muchas formas de hacerlo y [utilizar] la industria energética es una de ellas. […] Si no puedes y si no te comportas de manera razonable, habrá sanciones y tendrá costes».

En opinión de Ciafardini, «en esas palabras se ve la desesperación [de EEUU]. […] Una cosa que va rayando en lo patético, casi pueril, porque no hay una argumentación para eso. Porque Irán no cambia para nada su política por más amenazas que le haga EEUU. Son amenazas que están flotando en el aire, que no tienen sustento, y que no tienen detrás una posibilidad real de implementarse», sentencia el analista.

En este contexto, tuvo lugar el IV Foro Económico Oriental en Vladivostok, donde los presidentes de Rusia y China, Vladímir Putin y Xi Jinping, mantuvieron una reunión, y donde también participaron socios históricos de EEUU, como son los casos de Japón y Corea del Sur.

Ciafardini entiende que «las últimas reuniones entre Putin y Xi Jinping se pueden calificar como históricas y paradigmáticas, porque el tipo de alianza que se ha establecido, particularmente entre China y Rusia, que ya haya llegado hasta niveles de una integración militar, es un grado de vinculación que no ha tenido antecedentes en la historia».

En este punto, los problemas de EEUU crecen como hongos después de la lluvia. Y es que aparte de China, Corea del Sur y Japón también tienen un alto nivel de dependencia de los recursos energéticos de Rusia.

«Hay una cuestión geográfica productiva que está determinando todo, más allá de cuestiones ideológicas, de cuestiones históricas, de viejos lazos de amistad, o de los términos Oriente y Occidente. Y esto, al que está perdiendo la hegemonía le asombra más que a nadie, entonces siguen dando pasos desesperados», señala el experto.

Para el profesor, «lo que debería hacer EEUU es empezar a pensar cómo integrarse a ese movimiento y a esa dinámica espectacular que se está generando en toda Asia, y que cada vez incluso atrae a países tradicionalmente ‘occidentales’, por decirlo así, como Japón que ‘está dentro’ de Occidente a pesar de estar en Oriente, o Alemania mismo, que es uno de los más interesados en el gasoducto Nord Stream 2 y uno de los más enfrentados con EEUU por esta cuestión».

Y es que el IV Foro Económico Oriental coincidió, con superposición de días incluida, con el inicio de las maniobras militares Vóstok 2018, las más grandes desde la época de la Unión Soviética, y que cuenta con la participación de China y Mongolia.

«Esto le ha formado al mundo un centro de poder con una perspectiva de desarrollo impresionante y esto descoloca totalmente, tanto a EEUU como a Europa occidental, particularmente a Inglaterra, porque se encuentran con un dinamismo y una fuerza contra la que efectivamente no saben qué hacer, porque es imbloqueable, porque Rusia y China [juntos] […] prácticamente casi la mitad del mundo geográficamente, más de la mitad en términos de población, y a eso hay que sumarle todos los países asiáticos que están dependiendo directamente [de Rusia y China] y cada vez se acercan más a ese eje por su propio dinamismo», concluye Mariano Ciafardini.

Estados Unidos tiene derecho a utilizar la industria energética como herramienta para presionar y castigar a los países que no se comporten de manera civilizada. Es lo que ha asegurado el secretario de Energía del país, Rick Perry, durante la reunión que mantuvo el 13 de septiembre en Moscú con su homólogo ruso.

Sputnik

 

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