Por Valentín Piña del Rosario
A pesar de las dificultades económicas y sanitarias que ha tenido el país y el mundo como consecuencia de la pandemia del Covic-19, el viceministerio de industria comercio y Mipymes viene realizando una labor encomiable en favor de las microempresas y pequeños negocios.
Gracias a ese espíritu de laboriosidad del viceministro, Dr. Jorge Morales Paulino, se viene desarrollando un amplio programa en apoyo al comercio y pequeñas empresas, como bálsamo ante las pérdidas que han tenido esos sectores, fruto de los desmanes de la pandemia, amén de que también el gobierno ha dejado de percibir ingresos por las limitaciones en la producción y por ende en los impuestos.
Esa cartera está desarrollando programas de acompañamiento a nivel nacional en asesoría administrativa, financiera y digital que ha cambiado la forma hacer negocios y ha permitido que se mantengan abiertos a pesar de la pandemia.
De una cantidad de más de dos millones de Pymes solo están registradas unas 270 mil en impuestos internos dejando el resto en la informalidad, y con ello se pierde un cúmulo de informaciones importantes para poderles asistir como se debe ese.
Hay voluntad y disposición de ayudar para dinamizar la economía, más, en tiempos en que artículos importantes de la canasta familiar, experimentan aumento de precio, y muy bien esos beneficios pueden traspasarse a la parte deprimida de la población, por lo que la conveniencia es global, por eso es necesario regularizarse ante la DGI y TSS para poder organizar y fiscalizar esas ayudas.
Si el problema es de todos, la solución debe ser de todos, por lo que me imagino que el vice ministerio de fomento a las Mypimes debe iniciar una cruzada que ayude a que todos esos pequeños y negocios que no están regulados, puedan registrarse por medio de facilidades y obviando trámites burocráticos.
El país necesita de sus mejores hombres para realizar las mejores cosas, por ello contra viento y marea hay que asumir con responsabilidad los compromisos que nos permitan levantar la economía como catapulta para volver a la normalidad