Cómo EEUU pretende enfrentarse a Rusia y China en una guerra

EEUU ya dispone de una doctrina militar que podría ayudarle a contrarrestar a adversarios potenciales como Rusia y China, escribe el experto en temas de seguridad Dan Goure.

En su artículo para Real Clear Defense, el autor escribe que el Pentágono comenzó un «intenso esfuerzo para invertir en una nueva generación de capacidades diseñadas a restaurar la preeminencia militar de EEUU».

Esto se debe al hecho de que a la escena salen unos adversarios potenciales —Moscú y Pekín— que parecen ser «capaces de igualar o contrarrestar» la superioridad militar y tecnológica de Washington.

El nuevo plan de EEUU fue bautizado Third Offset Strategy —la Tercera Estrategia de Compensación—, y hace referencia a dos iniciativas adoptadas por Washington durante la Guerra Fría y dirigidas contra la URSS.

Según Goure, Rusia y otros adversarios potenciales siguen invirtiendo en «una serie de capacidades, tácticas, técnicas y organizaciones diseñadas para contrarrestar las ventajas militares de EEUU y la OTAN». Asimismo, estas inversiones les ayudan a «apoyar a sus propias estrategias para una guerra ofensiva rápida no nuclear».

«Se ha hecho evidente que EEUU necesita nuevas capacidades y conceptos de operación militar», profundiza el autor.

El primer paso hacia la adopción de la nueva doctrina fue la Iniciativa Innovadora de Defensa, anunciada en 2014 por el Pentágono. Este concepto se enfocaba en el desarrollo de un conjunto de capacidades avanzadas que constituirían el núcleo de la Tercera Estrategia de Compensación.

La pieza central de la iniciativa de 2014 es el nuevo Programa de Planificación de Desarrollo e Investigación, dirigido a la creación de avances tecnológicos en los sistemas más sofisticados, sobre todo la robótica, sistemas autónomos, miniaturización, fabricación avanzada, incluida la impresión tridimensional.

Lamentablemente, prosigue Goure, por el momento la Tercera Estrategia de Compensación es «poco más que una ‘lista de deseos’ tecnológicos». Los dos primeros planes tuvieron éxito debido a «la habilidad de los planificadores miliares de seleccionar un conjunto de capacidades dirigidas al problema de contrarrestar las ventajas soviéticas».

«Aquellos esfuerzos se situaron en la ciencia aplicada y no experimental», explica el autor.

A juicio de Goure, EEUU debería centrar sus esfuerzos en las tecnologías para contrarrestar a un adversario potencial que opera en condiciones de capacidades ofensivas limitadas dentro de la estrategia de antiacceso y de negación de área —A2/AD—, destinada para disuadir a un enemigo.

En la actualidad Washington podría aprovecharse del uso del caza de quinta generación F-35, capaz de «crear un nuevo tipo de ambiente de guerra aérea», prosigue el autor.

Otro elemento que podría formar parte de la Tercera Estrategia de Compensación son los sistemas antimisiles y de defensa aérea, que servirán para contrarrestar la amenazan que suponen los misiles balísticos y de crucero y los aviones de ataque de los adversarios potenciales.

Además, Goure recuerda que el Ejército de EEUU recientemente llevó a cabo unas pruebas exitosas de su nuevo lanzador multipropósito con capacidad para interceptar a drones, misiles de crucero, cohetes, proyectiles de artillería y morteros.

El experto también destaca que el país norteamericano está desarrollando unas armas electromagnéticas y equipos láser basados en buques que serán operativos dentro de una década.

Por fin, explica, el Ejército de EEUU tiene una serie de programas de modernización a corto plazo para sus tanques, vehículos blindados de combate, artillería y misiles de largo alcance que aumentarían de manera sustancial la potencia de combate de las unidades terrestres.

No obstante, aunque «es divertido imaginar la Tercera Estrategia de Compensación como un futuro lleno de robots autónomos», en realidad la mayor parte de las capacidades necesarias para implementarla no están listas para operar en el campo de guerra.

«Lo que se requiere es la determinación de desplegar ahora estas capacidades en la cantidad necesaria, además de los presupuestos para apoyar su adquisición», concluye.

Fuente: Sputnik

 

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